El Congreso deja sólo a Rajoy y le llevará al Constitucional

Todos los grupos parlamentarios, salvo el PP, cuestionan al Ejecutivo por no someterse al control de la cámara, tras el plantón del ministro Morenés

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El Congreso llevará al Ejecutivo que preside Mariano Rajoy ante el Tribunal Constitucional, una situación que no había ocurrido nunca. Los grupos parlamentarios, salvo el PP, entienden que un Ejecutivo, aunque esté en funciones, debe estar sometido al control de la cámara. Y lo que ha ocurrido este jueves es que el ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha dado plantón al Congreso, al negarse a comparecer para dar cuenta de su asistencia a la cumbre de la OTAN.

Ante eso, los distintos grupos han seguido la sesión, con la silla vacía de Morenés, y con contundentes reproches. La decisión está tomada, como anunció, aunque sin darla por hecho, el presidente del Congreso, Patxi López. La idea es que en la próxima reunión de la Junta de Portavoces los distintos grupos parlamentarios pedirán que se incluya en el siguiente orden del día del pleno un acuerdo que dé luz verde para llevar al Ejecutivo al Constitucional.

Un precedente

Se cuenta con un voto aplastante a favor de esa iniciativa, aunque ese pleno no se pueda celebrar. Y es que no llegará a tiempo de convocarse, antes del 2 de mayo, que es la fecha límite para la disolución de las Cortes, si no se produce la investidura. Pese a eso, sentará un precedente por si se repiten situaciones similares.

El Gobierno lo tiene claro. Está en funciones, y no debe ser controlado por el Congreso, como asegura la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. El argumento es que el Congreso no es, ahora, el que eligió a Mariano Rajoy, y, por tanto, no le debe ese compromiso para ser controlado. Y que, además, todo ha quedado tan fragmentado, con situaciones inéditas, que se debería renunciar a ese control.

«Fraude» y «pérdida del sentido común»

Sin embargo, pese a las limitaciones competenciales de un Gobierno en funciones, lo que se le pedía a Morenés entra dentro de lo que un congreso puede pedir. Asistió a una cumbre de la OTAN, en la que se decidieron cuestiones relativas a la flota en el Índico. Fuera o no como excusa, los parlamentarios podían preguntarle sobre ello.

Pero Morenés no ha aparecido, y la imagen ha sido la de una silla vacía. El diputado del PNV, Iñigo Barandiarán, ha hablado de «fraude»; Miriam Nogueras, de Democràcia i Llibertat (CDC) se ha referido a la «rebeldía de quien se llena la boca de legalidad», y el socialista Germán Rodríguez lo ha considerado «una anomalía democrática», insistiendo el diputado del PSOE en que se llevará al Gobierno ante el Constitucional. El diputado de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, ha considerado que se trata de una «pérdida del sentido común».

La cuestión es que con ese clima los distintos grupos tienen todavía unas semanas por delante para intentar un acuerdo de gobernabilidad que impida la convocatoria de unas nuevas elecciones.

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