El caos de En Marea aflora en la votación de los presupuestos

Alexandra Fernández rechaza las cuentas de Pedro Sánchez, mientras el resto de diputados de En Marea votan de la mano de Podemos e ignoran a Villares

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Bastó una mañana para evidenciar la ruptura interna que padece En Marea. Los diputados gallegos integrados en el grupo confederal de Unidos Podemos han seguido las directrices marcadas por la formación de Pablo Iglesias y han ignorado el acuerdo de la dirección gallega de votar por la enmienda a la totalidad a los presupuestos de Pedro Sánchez. Solo Alexandra Fernández ha respetado el criterio del partido en Galicia y ha rechazado las cuentas, mientras Yolanda Díaz, Antón Gómez-Reino, Ángela Rodríguez y Miguel Anxo Fernán Vello se plegaron al funcionamiento del grupo confederal.

La dirección de Luis Villares emitió esta mañana, antes de la votación de los presupuestos, un comunicado en el que explicaba que En Marea votaría ‘no’ a las cuentas, pues así se había acordado en el Consello das Mareas, el máximo órgano de decisión entre plenarios. Alegaban la falta de compromiso” con las inversiones que necesita Galicia en materia “económica, ambiental y social”, y criticaban la falta de “voluntad” negociadora para corregir el proyecto inicial durante la tramitación parlamentaria.

Yolanda Díaz critica los presupuestos, pero vota con Podemos

En su intervención en el Congreso, la portavoz de En Marea Yolanda Díaz hacía también un alegato por la necesidad de “galeguizar” las cuentas, pues aunque reconocía que eran más sociales, no consideraba que fueran gallegas, pues no incorporaban los proyectos que necesita la comunidad.

A la hora de la verdad, sin embargo, solo Alexandra Fernández se sumó al rechazo mayoritario de los presupuestos, trinchera en la que estuvieron PP, Ciudadanos, ERC, PDeCAT, CC, UPN, Bildu, Foro y otra diputada de En Comú adscrita a Unidos Podemos, Marta Sibina.

La votación es reflejo de la ruptura interna de En Marea, donde el sector crítico, tras perder las elecciones, decidió que no reconocía a la dirección de Luis Villares por sospechas de un pucherazo. Alexandra Fernández insistió en reiteradas ocasiones en la necesidad de que En Marea tenga a Galicia como centro de actuación y llegó a culpar a intereses personales de sus compañeros del defectuoso funcionamiento del grupo en el Congreso.

 

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