Cospedal maniobra hasta el final a favor del defenestrado cementerio nuclear

Presiona para que, antes de dejar la presidencia de Castilla-La Mancha y de manera urgente, se apruebe el plan de urbanismo de Villar de Cañas

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Sobre la bocina, poco antes de abandonar el cargo de presidenta de Castilla-La Mancha, la también secretaria nacional del PP, María Dolores de Cospedal, ha movido los hilos para tratar de atar otro de los cabos relacionados con el polémico Almacén Temporal Centralizado (ATC), el conocido cementerio nuclear previsto en el municipio conquense de Villar de Cañas. Se trata de la aprobación in extremis del plan municipal de urbanismo de esta localidad. PSOE y Podemos, al frente del próximo gobierno, se han  pronunciado en contra del almacén.

A pesar de las dudas generadas desde el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), en relación a la idoneidad de los terrenos elegidos para emplazar el silo nuclear, Cospedal ha seguido empeñada en sacar el proyecto adelante como sea. Y la aprobación definitiva del Plan de Ordenación Municipal (POM) por parte de la Comisión Provincial de Urbanismo de Cuenca, ha sido el último movimiento en ese sentido antes de dejar la presidencia de Castilla-La Mancha.

Empeño personal

En diciembre de 2011, en el primer Consejo de Ministros presidido por Mariano Rajoy tras ganar las elecciones generales, Cospedal logró la adjudicación del ATC a Villar de Cañas y, a continuación, colocó a uno de sus hombres de confianza, Francisco Gil-Ortega al frente de la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (Enresa).

Gil-Ortega se puso a adjudicar a destajo contratos ligados al almacén sin saber si finalmente, ante las dudas surgidas sobre la idoneidad de los terrenos, el proyecto saldría adelante. Su afán fue tal que el Gobierno le tuvo que parar los pies el pasado mes de febrero, haciéndole dimitir para evitar que adjudicara el contrato mollar, el de la construcción del almacén, por cerca de 300 millones de euros.

Contratos con Iberinco y el marido de Cospedal

Desde junio de 2012 hasta que Gil-Ortega presentó su dimisión, el pasado 11 de febrero, Enresa adjudicó numerosos contratos. Entre ellos, varios a la empresa Iberdrola Ingeniería y Construcción (Iberinco) –por sí sola o en UTE con otras sociedades–, por 34 millones de euros. En Iberinco figura como consejero Ignacio López del Hierro, marido de Cospedal, nombrado para este cargo en mayo de 2012, coincidiendo con el nombramiento de Gil-Ortega para la presidencia de Enresa.

Tras ser relevado Gil-Ortega, su sustituto Juan José Zaballa ha seguido durante los últimos cuatro meses con la misma dinámica. No ha adjudicado el contrato principal, pero sí otros, tirando del procedimiento abreviado y urgente. Algo difícil de entender cuando no se sabe si el almacén se va a construir o no.

En estos meses, Enresa ha adjudicado 4 contratos relacionados con el ATC. La seguridad y vigilancia del emplazamiento a Segurisa, por 1,7 millones  de euros, el mobiliario para el laboratorio del almacén a Romero Muebles de Laboratorio, por 40.000 euros. El último, la pasada semana, relativo al programa de vigilancia radiológica, por casi 80.000 euros a dos empresas. Y uno de 26,3 millones a Equipos Nucleares (ENSA) para suministrar 10 contenedores de doble uso.

Adjudicaciones sin autorizaciones

Adjudicaciones por doquier y ni una sola autorización previa concedida para que se puedan iniciar las obras del ATC. Ni el permiso de emplazamiento y de construcción que debe otorgar el Ministerio de Industria, previo informe preceptivo del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), ni la declaración de impacto ambiental (DIA), a expedir por Agricultura y Medio Ambiente, ni la aprobación de normas urbanísticas de Villar de Cañas, ni la licencia municipal de actividad. Nada de nada.

Tampoco se han realizado los estudios adicionales solicitados por el CSN para resolver las dudas sobre la idoneidad del terreno. Estudios que tardarán en llegar. Enresa ha declarado desierto el contrato para realizar sondeos hasta 200 metros. Una profundidad en la que resultan más certeros los estudios geotécnicos e hidrogeológicos de los terrenos.

Con la aprobación del plan de urbanismo queda, por tanto, resuelta una de las actuaciones a resolver, pero serviría de poco mientras no lleguen las autorizaciones previas de Industria y Agricultura.

Duplicidad suelo residencial pensando en el ATC

El plan de urbanismo aprobado incluye 363.000 metros cuadrados de zona residencial, duplicando en la práctica el existente suelo en la actualidad. Además, contempla la reserva de 49.000 metros cuadrados de zonas verdes, 21.000 metros cuadrados de espacios libres y 2.000 destinados a equipamiento. En cuanto al suelo industrial, a los terrenos del polígono actual se les añadirán cerca de 83.000 metros cuadrados.

Este nuevo plan de ordenación crecerá al sur del municipio, entre la actual población y bajo la CM-3118. De esta manera, entre este viario y los terrenos donde se construiría el futuro Almacén Temporal Centralizado (ATC) no se ha asignado superficie alguna para incluir algún uso dotacional. 

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