La ruta de las comisiones de los Pujol por una millonaria venta a Pontegadea

Oleguer Pujol, con el pasaporte retirado por orden del juez, asegura que el dinero de la venta del edificio de Gran Vía, 32 está repatriado de Miami y declarado

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De Madrid a Miami, pasando por Andorra y Holanda, y otra vez de vuelta España. Así se podría trazar, aparentemente, la ruta del dinero que Oleguer Pujol ingresó por la venta del edificio de Gran Vía, 32, emblemática sede de Prisa y la Ser, a una filial de Pontegadea, el brazo inmobiliario de Amancio Ortega. El pequeño de los Pujol, para quien los fiscales Anticorrupción llegaron a pedir prisión incondicional por esta y otras operaciones inmobiliarias relacionadas con el fondo Drago Capital, sigue con el pasaporte retirado por orden de José de la Mata, titular del Juzgado Central número cinco de la Audiencia Nacional.

La causa que sigue el juzgado, que ha agrupado varias líneas de investigación relacionadas con las cuentas de la familia en Andorra y la venta de inmuebles del pequeño de los Pujol, permanece abierta, después de que en enero de este año Oleguer declarase e intentase justificar ante el juez el destino del dinero, también parte del ingresado por la venta del inmueble de Gran Vía a Pontegadea. Se trataba de los dividendos que cobró como accionista de Drago Capital (llegó a tener algo más de 6% del capital), derivados de las comisiones por la venta de inmuebles, como el que adquirió el grupo de Ortega.

Fondos repatriados

Los abogados de Oleguer Pujol insisten en que el dinero que recibió, unos 2,5 millones de dólares, aproximadamente 2,1 millones de euros, y que ingresó en una cuenta de un banco en Miami está totalmente justificado. Así se lo hizo saber el propio Oleguer en su declaración ante el juez. El dinero está repatriado, declarado y ahora tributado en España, y así queda todo aclarado, explican los abogados del pequeño del clan, a pesar de que la causa sigue abierta.

Una sociedad del grupo inmobiliario de Amancio Ortega, denominada  RL30 Inversiones SL y ahora absorbida por la patrimonial Partler 2006 SL, formalizó la operación de compra del emblemático edificio. Sucedió en 2015. Fueron algo más de 370 millones de euros. La venta en sí, limpia de polvo y paja, la firmó la empresa Longshore, una de cuyas propietarias era Drago Real Estate Partners. Los fiscales siguieron la pista del dinero, y fue precisamente el destino de los fondos lo que hizo levantar las sospechas y finalmente la declaración ante el juez del pequeño del clan, ya que  Anticorrupción, tras los registros realizados, detectó los 2,1 millones en una cuenta de Miami, concretamente en el International Finance Bank.

Una pica en Holanda

Los recelos de los dos fiscales que llevan el caso fueron a más cuando comprobaron el recorrido de los dos millones y medio de dólares ingresados en el banco estadounidense International Finance Bank por Oleguer Pujol. Los fondos procedían de la sociedad Aegle International Limited, quien a su vez los había recibido de Ard Choille B.V., radicada en Holanda, plaza de baja tributación.

Precisamente, detrás de esta compañía se encontraba el propio Oleguer Pujol y Luis Iglesias, un socio que aparece en toda la trama, según se encargó de revelar el diario ABC. Esta operativa suponía, a juicio de Anticorrupción, y según dicho medio, una reiteración delictiva por parte de Pujol, ya que no solo continuó con sus actividades de blanqueo una vez que ya había comenzado la investigación a la familia y a él mismo, sino que además habría maniobrado para ocultar los beneficios obtenidos. Los fondos también pasaron, presuntamente, por Andorra, como no podía ser de otra forma tratándose del clan Pujol.

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