Carmena destina 340.000 euros para acabar con un ‘capricho’ de 41 millones de Botella

Colonial debe recibir el edificio Ortega y Gasset 100 en el mismo estado en que estaba en 2004, cuando la entonces edil del PP lo alquiló como sede de Asuntos Sociales

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Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, sigue poniendo fin a los dispendios de Ana Botella, su antecesora en el cargo. En esta ocasión, se trata de acabar con uno de esos alquileres, el de Ortega y Gasset 100, que han salido por un ojo de la cara.

Entre unas cosas y otras, nada menos que 41 millones de euros se ha pulido el consistorio capitalino en arrendar durante 12 años, a la inmobiliaria Colonial, un edificio ‘high tech’ situado en una de las zonas más caras de Madrid, en el distrito de Salamanca.

Exigencia contractual

Los últimos 340.000 euros para acabar con este ‘capricho’ de Ana Botella –ya programados por el anterior equipo de gobierno– servirán para que, como se establece en el contrato de arrendamiento, la inmobiliaria Colonial –propietaria del inmueble– reciba el edificio tal cual le fue entregado al Ayuntamiento en enero de 2004.

Las obras se llevarán a cabo durante el último trimestre de 2015 para finalizarlas coincidiendo con la finalización del contrato, en diciembre, para que la inmobiliaria pueda contar con el edificio en 2016 para ser alquilado nuevamente.

Demolición y desmontaje

Básicamente, se trata de dejar diáfanas todas las plantas, con la demolición de tabiques de ‘pladur de office’, así como el desmontaje de puertas y mecanismos eléctricos, y el levantado de aparatos de iluminación, de instalación de voz y datos en falso suelo y de las moquetas.

El traslado acometido en 2004 –tras ser nombrada Ana Botella concejala de Asuntos Sociales por parte del alcalde Alberto Ruiz-Gallardón– levantó cierta polémica, al criticar la oposición que se acometiera una operación tan cara, cuando el Ayuntamiento contaba en Madrid con edificios propios que, una vez remodelados, podrían jugar el mismo papel.

Críticas razonables

Doce años después, los hechos han demostrado lo razonable de aquellas críticas. La propia Botella, en una de sus últimas apariciones públicas como alcaldesa en funciones, visitaba las obras de remodelación de un edificio al que, en principio, se iban a trasladar los 527 trabajadores municipales del Área de Gobierno de Familia, Servicios Sociales y Participación Ciudadana. Y que, ahora, con el nuevo organigrama municipal, no se sabe quién lo ocupará, ya que las tres funciones anteriores han quedado repartidas en otras tantas áreas de gobierno.

Inicialmente, el Ayuntamiento de Madrid firmó con la inmobiliaria Colonial un contrato de cinco años (2004-2008) por el inmueble de 7.600 metros cuadrados ubicado en Ortega y Gasset. En ese periodo, el desembolso fue de 14,5 millones de euros, incluyendo los algo más de 3 millones que fueron necesarios para acondicionar los espacios para acoger a los funcionarios municipales.

Posteriormente, entre 2009 y 2015, el contrato se renovó por una renta anual de 3,3 millones de euros. Más de 23 millones, que sumados a los 14,5 millones anteriores, los más de 3 millones de la remodelación del edificio municipal y los 340.000 euros para entregar a Colonial su edificio en las mismas condiciones existentes en 2004, hacen un total de 41 millones de euros lo gastado en esta operación en 12 años.

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