Bruselas rechaza que España e Italia necesiten un rescate

El comisario de Economía subraya que un plan de ayuda "no estaría justificado" y que la presión de los mercados financieros sobre la deuda española e italiana "no es comprensible"

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España e Italia no van a necesitar un programa especial de apoyo por parte de sus socios ahora porque «no estaría justificado» tras las medidas económicas que se han llevado a cabo, según ha señalado el comisario europeo de asuntos económicos, Olli Rehn.

«No, no creo que España e Italia vayan a necesitar un programa especial porque las bases de sus economías no lo justifican», dijo Rehn. Además, el comisario europeo ha subrayado que ambos países se encuentran en vías de cumplir los objetivos marcados en política fiscal.

Por lo que respecta a España, Rehn ha indicado la necesidad de continuar «firmemente» y concluir la reestructuración del sistema financiero, así como las reformas estructurales del mercado laboral. En este sentido, ha recalcado que la presión de los mercados financieros sobre la deuda española e italiana «no es comprensible», aunque ha recordado a España que la implementación de las medidas adoptadas es «crucial y crítica».

Así, Bruselas ha comentado que la inquietud de los mercados financieros no se justifica exclusivamente por hechos económicos, porque las bases de ambos países no han cambiado «de la noche a la mañana», y ha incidido en que las dos economías se han comprometido a adoptar medidas «muy ambiciosas de consolidación fiscal» que ya están poniendo en práctica.

España ha realizado «grandes progresos» en lo que se refiere a consolidación fiscal, reestructuración del sector bancario y reformas del mercado laboral y de productos cuya implementación es «crucial y crítica», según ha declarado Rehn.

El fondo, en unas semanas

Tras descartar los planes de rescate, Rehn ha intentando lanzar un mensaje de calma a los mercados al defender que los cambios en el fondo de rescate europeo necesarios para permitirle la compra de deuda en los mercados secundarios y conceder préstamos a países en apuros estarán listos «en semanas, no meses».

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