Beatriz Mato tropieza con la ley gallega de incompatibilidades

La exconselleira de Medio Ambiente ficha por Greenalia cuando todavía no se cumplen los dos años que establece la Lei de Transparencia e Bo Goberno

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El fichaje por el sector privado de la exconselleira Beatriz Mato escuece más allá de las críticas a su papel desarrollado desde el propio departamento de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio, que ocupó entre 2015 y 2018. Su incorporación a Greenalia, una de las empresas cotizadas gallegas, tan solo un mes y medio después de abandonar la política tras dejar la portavocía del grupo municipal en A Coruña también parece circunstancial e incluso anecdótica si se atiende a la Lei de Transparencia e Bo Goberno.

La ley de incompatibilidades gallega, aprobada en enero de 2016, deja claro cuáles son los deberes, obligaciones y prohibiciones de un alto cargo al dejar la Xunta. Concretamente, su artículo 45 aborda las limitaciones al ejercicio de actividades después del cese. «Durante los dos años siguientes a la fecha de cese«, dice el mencionado artículo, «los altos cargos no podrán realizar actividades ni prestar servicios en entidades privadas relacionadas con expedientes sobre los cuales dictasen resolución en el ejercicio del cargo».

Incompatibilidad hasta septiembre

Beatriz Mato dejó la Consellería de Medio Ambiente en septiembre de 2018. Posteriormente se presentaría a las municipales en A Coruña. El decreto por el que se dispone su cese como conselleira data del 26 de septiembre de 2018. Por tanto, la incompatibilidad está en vigor hasta el próximo mes de septiembre. Todo ello si se tiene en cuenta que Mato, desde la consellería, tomó decisiones relacionadas con Greenalia.

Concretamente, según recoge el Diario Oficial de Galicia, con fecha de 13 de julio de 2017, la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Cambio Climático de la Consellería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio resolvió formular el informe de impacto ambiental del proyecto de la planta de biomasa, para la producción de energía eléctrica de 49,9 megavatios, en Curtis, promovida por Greenalia Biomass Power, S.L. Entonces, dicho departamento «no consideró necesario someter el proyecto a evaluación de impacto ambiental común», según el expediente de autorización administrativa de la planta que se siguió en la Consellería de Economía.

Decisiones desde la consellería

Con anterioridad, el 30 de enero de 2017, la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Cambio Climático de la Consellería de Medio Ambiente resolvió otorgar la autorización ambiental integrada a la planta de generación eléctrica de Greenalia, que será inaugurada en los próximos meses. En esas fechas, Mato también estaba al frente de Medio Ambiente.

Por tanto, Beatriz Mato tomó decisiones desde su cargo con respecto a la empresa que ahora la contrata, y no ha dejado pasar el tiempo preceptivo de dos años que establece la ley. Y ello pese a que la norma establece algunas excepciones, que la exconselleira tampoco cumple.

Sin cumplir las excepciones

«Quedarán exceptuadas aquellas personas que se reincorporen a entidades privadas en las cuales ya ejerciesen con anterioridad a ocupar el puesto de alto cargo», dice la ley, «siempre y cuando la actividad que vayan a desempeñar en ellas sea en puestos de trabajo que no estén directamente relacionados con las competencias del cargo público ocupado». Mato no había trabajado en Greenalia antes de su paso por Medio Ambiente. Por tanto, su caso no entraría en la excepcionalidad apuntada.

La ley establece que durante el mencionado «período de dos anos estas personas deberán efectuar, ante la Oficina de Incompatibilidades e Boas Prácticas, declaración sobre las actividades que vayan a realizar, con carácter previo a su inicio». Al no haber cumplido los dos años preceptivos, Mato tampoco cumplirá con esta exigencia

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