Baltar, imputado, se atraganta con su propio código ético

La norma de la Deputación exige a sus cargos "eludir cualquier acción u omisión que pueda perjudicar ni siquiera sea mínimamente la imagen de la institución"

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Está el PP de Ourense mirando una y otra vez a Madrid, con cierto temor de que Génova decida sacar el mazo como hizo en la Comunidad Valenciana después de que Manuel Baltar haya sido llamado a declarar por la juez en calidad de investigado, nueva denominación para los imputados, por un presunto delito de cohecho.

El ruido del proceso es mucho menor en As Burgas, por lo que no se esperan consecuencias a corto plazo, pero la oposición ya prepara la artillería para aumentar los decibelios y hacer pasar más de un mal trago al presidente de la Deputación, echándole en cara incluso su propio código ético.

La imagen de la Deputación

La norma de conducta que pergreñó Baltar para los cargos electos no establece sanciones específicas, la palabra corrupción sólo aparece en una ocasión e incluso se preocupa el texto de separar la vida privada de la política, argumento que esgrime el presidente cuando le preguntan por la acusación de ofrecer un puesto de empleo en la institución a cambio de favores sexuales.

Sin embargo, hay quien ve motivos para pensar que, incluso antes de ser condenado, el presidente ya ha incumplido alguna de sus responsabilidades éticas.

El artículo 4, por ejemplo, exige a los diputados: «No debe conducir su conducta de tal modo que pueda perjudicar la imagen de la organización que representa ante la ciudadanía o a afectar su reputación institucional».

Punto que viene a reforzar uno de los principios de conducta básicos para la Deputación, también recogido en el código ético:

«Al ser el espejo de la institución en el que se mira la ciudadanía, deben eludir cualquier acción u omisión que pueda perjudicar ni siquiera sea mínimamente la imagen institucional de la Deputación de Ourense y minar la confianza de la ciudadanía en la institución».

Los fines personales

Otro artículo al que aluden en los grupos de la oposición dice:

«No debe utilizar en ningún caso su posición institucional a fin de obtener ventajas para sí o procurar ventajas o desventajas para cualquier otra persona o entidad, salvo en los supuestos de discriminación positiva reconocidos legalmente».

En el artículo 5, sobre los estándares de conducta, se especifica que «debe tratar a los ciudadanos siempre y en todo caso con el respecto debido y la consideración que requiera cada situación».

Baltar no se mueve un milímetro

La denuncia es anterior a la llegada de Manuel Baltar a la presidencia de la Deputación. El comité de ética no llegó a evaluar el caso, ya que dimitió en pleno y se declaró inhábil para juzgarlo cuando llegó a sus manos la denuncia.

Ahora la situación es un poco peor para el líder del PP ourensano. La titular del juzgado número 3 de Ourense, tras revisar las grabaciones y mensajes telefónicos del caso, ha visto indicios de un posible delito de soborno, imputando a la mujer denunciante y al propio Baltar. Nada ha dicho por el momento de otros dos posibles delitos, el de acoso sexual y tráfico de influencias, que también están sobre la mesa, según fuentes judiciales.

Baltar no ha cambiado nada su discurso. Sigue atribuyendo el caso a su vida privada, fuera del ámbito institucional o político pese a ser llamado a declarar por un posible soborno. Es más, manifestó que se presentará al congreso del partido el 5 de marzo con la intención de revalidar su cargo al frente del PP de Ourense.

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