Así se deterioró la relación entre el Concello de A Coruña y el Deportivo

El traslado de la sección femenina a Arteixo y las críticas de Tino Fernández por la cubierta del estadio han perjudicado a su relación con Xulio Ferreiro

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La página web de Marea Atlántica publicó este sábado un texto en el que reiteraba su compromiso con el Deportivo y con Riazor, un epílogo al encuentro mantenido el día 15 entre los ediles José Manuel Sande y Xiao Varela con parte del consejo de administración del club con el objetivo de acordar la hoja de ruta para la reforma del estadio. Todos tuvieron buenas palabras tras la reunión, poniendo freno a la escalada de tensión que dejó el temporal y los desperfectos en la cubierta de Riazor.

Los siete millones que pretende invertir el Concello, el triple del presupuesto que destinó el PP de Carlos Negreira a la obra que rechazó realizar Dragados, y el contrato de mantenimiento de las cubiertas que está apunto de adjudicarse, marcan el terreno de juego para enderezar las relaciones entre dos instituciones clave en la ciudad. El Dépor y el equipo de Xulio Ferreiro empezaron de la mejor manera, pero las demandas que entiende el club que debe poner sobre la mesa y las inoportunas críticas de Tino Fernández, en plena tormenta política, han empañado el clima «cordial» que una y otra parte dicen mantener.

Episodio 1. Jimmy

Tras el asesinato de Francisco Romero Taboada ‘Jimmy’ en la batalla campal de los aledaños del Calderón, el presidente del Deportivo vivió un severo enfrentamiento con parte de la afición, al que no ayudó nada el cierre de la grada de Maratón Inferior y el anuncio de medidas contra los Riazor Blues.

El posicionamiento de la Federación de Peñas, demandando al presidente que defendiera a la afición, tensó aún más la cuerda. El Concello se ofreció a mediar entre las partes. Según las fuentes consultadas, realizó esta labor de mediación a petición del Deportivo, mientras el discurso de Tino Fernández daba un giro de 180 grados, defendiendo a los Riazor Blues contra las multas de la Comisión Antiviolencia y desvinculándolos de los grupos violentos.

Parecieron sólidos cimientos para la relación entre ambas instituciones, que se normalizaba a pesar de que Tino Fernández había alabado públicamente a Carlos Negreira en vísperas de las municipales por ayudar al Deportivo durante el concurso de acreedores.

Episodio 2. Las chicas se van a Arteixo

El primer fracaso en las negociaciones entre Deportivo y Concello se produce con la puesta en marcha de la sección femenina. La falta de acuerdo entre las partes provocó que el Dépor femenino dispute sus partidos en Arteixo, frente a la propuesta de Marea Atlántica de que lo hiciera en A Grela 1.

El problema para el club era que requería de unas instalaciones para entrenar y jugar, mientras que el Gobierno municipal solo ofrecía el campo de juego, debido a las necesidades de la Asociación de Fútbol Aficionado de A Coruña, los principales usuarios de la cancha. La espantada hacia Arteixo tampoco sentó bien en María Pita, que se comprometió a buscar una solución para que el Dépor femenino juegue en la ciudad.

Episodio 3. Las obras de Riazor

La rescisión del contrato para las obras de la cubierta de Riazor que dejó el PP fue otro de los puntos de tensión, no tanto por el desistimiento, pues ni Dragados quería hacer la obra si no se incrementaba notablemente (prácticamente el doble) el presupuesto, ni para el club representaba una solución definitiva a los problemas del estadio. Pero sí por la demora en acometer la reforma.

El Concello ofreció al club que se encargara él mismo las obras con el compromiso de cubrir a través de las arcas públicas el gasto realizado. Era una manera de adelantar los tiempos administrativos. El Deportivo rechazó el ofrecimiento o, al menos, no hubo entendimiento entre las partes. Marea Atlántica tenía ya entre sus planes la reforma de siete millones que está ahora sobre la mesa.

Episodio 4. Las críticas de Tino Fernández

Pero tras el tácito acuerdo, la cubierta de Riazor voló por los aires, víctima del temporal. El incidente, suspensión del encuentro con el Betis incluída, disparó las críticas en el terreno político. Tino Fernández se sumó a pedir diligencia en la adecuación del estadio, censuró que Riazor tenía la peor cubierta del fútbol español y exigió agilidad a las administraciones para solucionarlo.

En el Concello sentó mal la crítica. El propio Xulio Ferreiro reconoció que «aunque la presión podía ser legítima», le hubiera gustado que el Deportivo defendiera «el acuerdo» al que se había llegado meses antes, ese proyecto de siete millones que no arrancará hasta 2018.

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