Absuelto el nieto de Franco que intentó vender Meirás a su empresa

La Audiencia de Teruel absuelve a Francis Franco de los delitos de conducción temeraria y atentado contra la autoridad por los que fuera condenado

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La Audiencia de Teruel ha absuelto a Francisco Franco Martínez Bordiu, neto del dictador, de los delitos de conducción temeraria y atentado contra la autoridad por los que fuera condenado en el juzgado de primera instancia. En la sentencia condenatoria, del Juzgado de lo Penal de Teruel, había impuesto a Francis Franco una pena de 12 meses de cárcel por el primer delito y de 18 meses por el segundo, además de una multa por daños.

La Audiencia entiende ahora, tras el recurso presentado por el investigado, que no se practicó “prueba de cargo suficiente” en base a que no hubo “reconocimiento ni identificación” por parte del perjudicado que intervino en los hechos, resultando inconcluyente su declaración.

Persecución por Teruel

Los hechos en cuestión se refieren a una persecución de película acaecida en abril de 2012, en la que el coche que supuestamente conducía Francis Franco se saltó el alto de dos agentes de la Guardia Civil, alertados por un vehículo que iba en dirección contraria y con las luces apagadas.

El auto se dio a la fuga dando pie a 30 kilómetros de persecución. Cuando los agentes lograron detenerlo, el copiloto, según la investigación un empleado de Francis Franco, encañonó con una escopeta a uno de ellos, mientras el nieto de Franco daba marcha atrás embistiendo el coche de la Guardia Civil, lesionando a uno de los guardias y reiniciando la fuga. El vehículo fue encontrado cinco horas después, cerrado y sin llaves, en el municipio turolense de Bea.

Las empresas de los Franco

Francis Franco, con cargos en todas las empresas de la familia, fue el nieto del dictador que trató de vender su parte del Pazo de Meirás a una de sus sociedades, Pristina, de la que es administrador único, según el Registro Mercantil. La empresa tenía un patrimonio a cierre de 2017 de 13,7 millones y está domiciliada en Madrid, en la residencia familiar que los Franco tienen en Hermanos Bécquer.   

Los planes del empresario se hicieron públicos al registrar el movimiento en la Xunta, pues la Lei de Patrimonio Cultural exige que se notifique cualquier transimisión de bienes de interés cultural, situación ante la cual el Gobierno gallego tendría derecho de tanteo. 

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