Abascal: “Tenemos parlamentos regionales llenos de vagos y traidores”

Vox arremete contra Feijóo en un Palexco de A Coruña abarrotado y con manifestantes antifascistas en la entrada a los que Abascal llamó “totalitarios”

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Con Palexco abarrotado y más de un centenar de personas fuera, sin que el aforo del auditorio coruñés diese abasto para acogerlas, Santiago Abascal empuñó el megáfono y marcó las líneas maestras del mitin de Vox en la tierra natal de su madre, María Isabel Conde Álvarez. A las decenas de manifestantes antifascistas que se movilizaron a la puerta del recinto los llamó “totalitarios” y “violentos”, mientras ellos lo tildaban de fascista, toda una metáfora del diálogo político en la actual campaña electoral. Pero fue a Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, a quien dedicó sus primeras palabras: “Y decía Feijóo que Vox y que Abascal no tenían cabida en Galicia. ¡No hay auditorios lo bastante grandes!”.

El líder del partido de ultraderecha se despidió de las banderas independentistas que ondeaban tras la barrera de policías y de la multitud a la que prometió que Vox nunca cambiaría y que lo jaleaba a gritos de “¡presidente, presidente, presidente!” junto con algún “¡Viva España!” y “¡Viva La Coruña!” que otro. No hubo incidentes de mención. Un par de chicos que se colaron en el recinto, no en el auditorio, con una estreleira gallega sin que Abascal llegara a enterarse porque estaba acabando su intervención en el interior y poco más.

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Varias decenas de personas, en su mayoría jóvenes, se manifestaron frente al recinto de Palexco, que acogía el mitin de Vox. Consignas como «no pasarán» o «fóra os fascistas de Galiza» recibieron a los asistentes al acto, que se saldó sin incidentes relevantes. Santiago Abascal los llamó «totalitarios» y «violentos». 

La ‘abueliña’ de Abascal y los votos del PP

El ex del PP avanzó hacia el proscenio interrumpido por seguidores prolijos en merchandising rojigualda que querían saludarlo y dedicarle palabras de aliento. En el Auditorio Gaviota caben 1.480 personas sentadas, según la web de Palexco, y estaba repleto, con gente de todas las edades, también muchas mujeres para las que Abascal receta la derogación de la Ley de Violencia de Género. El éxito de convocatoria de Vox recuerda al de Pablo Iglesias en el mismo escenario en 2015 y es significativo porque venía de pinchar en su presentación en Ourense –sin Abascal, eso sí– y porque al PP le está costando horrores atraer a gente a sus actos.

A ese nicho de mercado se dirigió el partido. Primero el abogado Miguel Ángel Fernández, candidato al Congreso por A Coruña, que cargó contra la inacción de la Xunta en materias como la crisis demográfica antes de dar el relevo a Abascal, quien arrancó reivindicando sus orígenes gallegos, por su madre coruñesa y su abuela de Monforte. “Galicia es una de mis patrias chicas y vengo aquí sin pedir permiso porque los míos estuvieron y todavía están aquí”, proclamó el líder de Vox aludiendo una vez más a las palabras de Feijóo. “Miña nai nació en Coruña”, señaló en el bilingüismo propio de la serie Fariña para jolgorio de los asistentes.

Abascal: «Lo que defendemos no es antiguo ni es moderno. Defendemos las cosas normales»

Abascal explicó que llamó a “su abueliña”, pues siempre le da parte cuando se adentra en “sus dominios”. “Me dijo que Feijóo es un parvo y que habla un gallego que no entiende muy bien”, apuntó para incidir en que era un gallego “de laboratorio”, a lo que alguien entre el público respondió que era “gallego-portugués”, sin parecer aludir a las raíces históricas del idioma.

Ni de izquierdas, ni de derechas, ni de centro

Tras criticar al “veleta de la Xunta” por decir que Vox no tiene cabida en Galicia y al mismo tiempo reprocharle que no iba a venir durante la campaña, Abascal pasó a listar su ideario, convencido de que “aquellos que quieren ver a España muerta son más débiles” que ellos, representantes de la “España viva”.

Vox no es un partido, es un movimiento patriótico (…) Vox ha conectado con el sentido común. Lo que defendemos no es antiguo ni es moderno, es eterno. Defendemos las cosas normales”, dijo el líder del partido de ultraderecha, que incluyó en sus reivindicaciones a Pelayo, al Cid, a Blas de Lezo o a María Pita, esta última previo recordatorio del público. “El sentido común no es de izquierdas ni de derechas, por eso decimos lo mismo en todas partes”, insistió Abascal. Como sucedió con Podemos y Ciudadanos, los nuevos partidos persiguen la transversalidad más allá del programa para aglutinar votos, aunque sean formaciones claramente posicionadas en un lado del tablero.

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El auditorio de Palexco se quedó pequeño para el mitin de Vox, que reunió desde jubilados gallegohablantes hasta jóvenes ataviados con banderas de España. El partido intenta aprovechar esa transversalidad y coquetea con el «ni de izquierdas ni de derechas’ que en su momento utilizaron Podemos y Ciudadanos. 

El patriotismo también se come

A los mandobles contra la “derechita cobarde” siguieron los rapapolvos a Pedro Sánchez con el mensaje común de que la unidad de España no se negocia ni puede ponerse en duda mediante un referéndum realizado en un rincón del territorio. “España ni se vota ni se discute, se defiende”, dijo Abascal casi parafraseando una de las proclamas de sus más fieros detractores.

Vox asegura que sus planteamientos respecto a los inmigrantes no son xenófobos sino que parte del «amor por los de dentro»

Entre los aplausos de los asistentes, aseveró que la unidad de España no es materia de parlamentos regionales, “normalmente llenos de vagos y traidores”. “Claro que el patriotismo también se come”, prosiguió Abascal, aludiendo a la defensa de la pesca española en la Unión Europea.

Siguiendo con el bloque patriótico, recordó la carta del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador instando al rey a pedir perdón por los abusos cometidos durante de la conquista del territorio azteca. “No vamos a pedir perdón por nada. Vamos a enseñar orgullo a nuestros hijos”, dijo Abascal.

No es xenofobia sino amor

Vox hace una enmienda a todo el ideario progresista, incluyendo algunas conquistas ya consolidadas como la Ley del aborto. Para la formación, el feminismo es “supremacista” porque enfrenta a hombres y a mujeres, mientras que Vox es el partido “que más y mejor las defiende”, pues promete mayor dureza con los violadores. También defiende la necesidad de desregular y rebajar impuestos para quitar trabas a la generación de empleo y riqueza que recae sobre la sociedad civil: «Los políticos no crean empleo, lo tenéis que crear vosotros»

Abascal abogó por endurecer la política de inmigración. “Toda África no cabe en Europa y no se puede dar ayudas al primero que llega”, aseveró. Para el líder de Vox, es “normal” que vengan, pues el Gobierno manda mensajes de puertas abiertas que provocan el efecto llamada. “Es normal, no tenemos nada contra ellos”, dijo Abascal. “No hay xenofobia, de la que intentan acusarnos algunos, hay amor por los de dentro”, concluyó.

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