La vuelta a la productividad: llegan las «aldeas modelo»

La provincia de Ourense concentra la gran mayoría de las aldeas modelo de Galicia, una iniciativa pública para dotar de actividad terrenos infrautilizados

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Desbrozar para volver a producir. Parece fácil, pero no lo es, a tenor del abandono que sufre una parte importante del rural. Sin embargo, Galicia se ha puesto manos a la obra mediante la figura de las aldeas modelo, un proyecto de la Consellería de Medio Rural que busca ayudar a propietarios a volver productivos terrenos infrautilizados. La administración autonómica investiga acerca de la propiedad de fincas, con el objetivo de actualizar el catastro. Pero no se queda ahí. El objetivo es que las tierras en cuestión vuelvan a tener una actividad agroganadera. La Xunta se compromete, a través de Seaga, a encargarse de la limpieza de las fincas durante un lustro, para prevenir los incendios forestales. A cambio, los propietarios que se acojan a este sistema, al menos el 70% de los propietarios de las tierras (el porcentaje que marca la legislación para hacer concentraciones parcelarias) debe aceptar que se lleve a cabo algún tipo de actividad en las mismas relacionada con el rural. Hasta ahora, se han presentado hasta 60 peticiones distintas al departamento de Medio Rural.

Cerca de acabar el verano, la Xunta de Galicia ha indicado que prevé devolver este año a la producción unas 1.300 hectáreas de terreno en la comunidad a través de las aldeas modelo. 

Las aldeas modelo, en Ourense

 

Así lo destacó el conselleiro de Medio Rural, José González, durante una visita a la aldea modelo de Trelle, en Toén (Ourense), que incluye 649 parcelas de 176 propietarios distintos y una superficie de casi 30 hectáreas. En la visita, el dirigente indicó que las tareas de roza y limpieza pertinentes ya se han llevado a cabo. «Todo está listo para comenzar a generar riqueza en este enclave» a través de una iniciativa de ganadería extensiva.

A día de hoy, Galicia suma ya 18 aldeas modelo, la mayoría en la provincia de Ourense. Abarcan 10.500 parcelas de 2.600 propietarios y una superficie de 531 hectáreas. «Seguimos poniendo el foco en tierras abandonas o infrautilizadas, con la finalidad principal de fomentar su vuelta a la producción», dijo el conselleiro, que insistió en que las aldeas modelo también generan economía. Los dueños de los terrenos conservan la titularidad al tiempo que reciben un pago por arrendamiento, mientras que los interesados en su explotación obtienen también ganancia económica.

Refiriéndose también a las posibilidades que ofrecen los polígonos agroforestales, el conselleiro resaltó asimismo que “trabajamos con el objetivo de movilizar unas 10.000 hectáreas al año”. El objetivo, dijo, es no solo dinamizar la economía del rural sino también fijar población en las aldeas, “al tiempo que creamos cortafuegos naturales frente a los incendios”.

 

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