¿Qué fue de los cuadros hípicos de la sede de la corporación de Novagalicia?

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Cuentan los que pisan moqueta con frecuencia que la sede de la Corporación Industrial de Novagalicia ya no es lo que era. La entrada principal de las oficinas de la coruñesa avenida de Linares Rivas, antes iluminada, ahora semeja entre sombras por los muchos despachos vacíos que se multiplican por las instalaciones. Pero ahora que Manuel Añón ha iniciado una batalla judicial para recuperar su inversión en el banco, cuya primera vista se celebra este miércoles en un juzgado de A Coruña, habría que preguntarse qué fue de las imágenes que, ocupando paredes enteras y a escala casi real, reproducían enormes fotografías de los saltos hípicos de dos jóvenes jinetes. ¿Y que relación guarda una cosa y la otra?

A raíz de la compra inicial del 5,5% de la corporación por parte de Añón, a finales de 2007, el empresario de A Laracha se convirtió en el primer accionista privado de la entidad dirigida por Lis Méndez y teledirigida por su padre, José Luis Méndez. En aquel momento, el equipo directivo de la corporación no tuvo mejor idea que decorar la sede de la corporación con imágenes de saltos ecuestres de los dos hijos del empresario, Manuel y Gonzalo. Sin quitarle ningún mérito a los dos jóvenes jinetes (Manuel fue nada menos que campeón de Europa junior en 2008), el ejercicio de peloteo no pudo ser más cutre y, a la postre, improductivo. Hoy Añón anda a pleitos para recuperar el dinero invertido. ¿Y los cuadros ecuestres? ¿Dónde andarán?

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