¿Por qué volvemos a cambiar los canales de TDT en España?

Los estados miembros de la Unión Europea deben dejar libre una franja del espacio radioeléctrico para la comunicación panaeuropea

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España hace los deberes a última hora. El motivo de la nueva resintonización de la TDT se llama Europa. El denominado dividendo digital del espacio radioeléctrico está reservado para la “comunicación panaeuropea”. En España, esa franja común también se subastó a las televisiones. La normativa debe ser una realidad en 2015, pero no es ninguna sorpresa ya que el mandato europeo está aprobado desde 2005.

“La planificación técnica no se han hecho correctamente desde el principio”, explica la subdirectora del Observatorio Iberoamericano de la Comunicación, Carmina Crusafón. El problema de gestión comienza en la era Zapatero; se dieron más licencias de las que en realidad se podían dar para contentar a todo el mundo. “El PP sabe que debe solucionarlo desde que llegó al Gobierno, pero no lo ha querido hacer de forma paulatina”, observa Crusafón, también profesora de la Universitat Autònoma de Barcelona.

Gasto económico y menos canales

La reordenación es una medida impopular, ya que conlleva consecuencias para la oferta. El espacio radioeléctrico es un bien público que no está a la venta, sólo se alquila su uso. Las concesiones se hacen por múltiples de cuatro canales, ya que la capacidad del espacio se cuadruplicó con el salto del analógico al digital. Algunas empresas disponían de más de un múltiple, pero a partir de ahora todas tendrán uno como máximo. Los estados miembros tienen menos capacidad de maniobra al renunciar al dividendo digital y han de procurar una pluralidad televisiva.

Para los ciudadanos, el perjuicio inmediato es que han de pagar a un técnico para la resintonización. Después pueden reclamar a la Comisión Europea, pero en Bruselas no han dicho que vayan a correr con los gastos. En cuanto a variedad televisiva, sin embargo, apenas se va a notar diferencia. Con la euforia de la TDT aparecieron nuevos canales que pronto han desaparecido, pero la gran mayoría se dedicaban a la reprogramación de las cadenas principales –por ejemplo, la Sexta 2– pero el cierre de muchas de ellas no se debe tanto al apagón como a un bajo rendimiento económico por falta de audiencia.

Las telecoms expulsan a las televisiones

“La televisión tiene la batalla perdida, y las telecoms ganan terreno –anuncia Crusafón– porque las empresas de telecomunicaciones son las únicas con capacidad financiera para competir”. Las operadoras de televisión ni siquiera se presentaron a la subasta del dividendo digital, que finalmente ocupará el 4G. La televisión fue la primera en llegar, pero internet y la telefonía móvil han acabado por expulsarla: son servicios con más demanda.

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