Microempresarios de Vigo incendian las redes contra Montoro

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Las microempresas en Vigo están en pie de guerra. Llevan varias semanas lanzando señales de humo y tocando los tambores de guerra contra los sucesivos aumentos de los impuestos que se ven obligados a satisfacer por los erráticos criterios del Ministerio de Hacienda. Su enfado en monumental, por cuanto desde hace dos años las subidas de los impuestos son constantes, en tanto que desde las filas populares se proclama, y más en época preelectoral, entre todos aquellos que quieren escuchar, que los tramos de los tributos han bajado. Los empresarios consideran que ya está bien, que no reciben nada a cambio de su esfuerzo y han decidido plantarse en la red, con una recogida de miles de firmas, para llegar ante el propio Ministerio de Hacienda y mostrar su cabreo.         

Los autónomos han hecho circular en las redes sociales sus quejas. Han subido a las redes todas las diferencias entre los pagos de hace dos años y los actuales. Las diferencias, comprobadas por este medio, son, en algunos casos, de hasta un 50%, con subidas lineales y nominales muy abultadas, tanto en los recibos de autónomos como en los tramos del IRPF. Muchos de ellos, debido a la frustración que acumulan desde hace al menos dos años, han lanzado la campaña para que el Gobierno racionalice los impuestos que pagan, como por ejemplo, el de autónomos, que piden que se estructure según la capacidad de cada autónomo, por tramos dependiendo de los ingresos del empresario.

Los autónomos, siempre según sus escritos, son los que mantienen gran parte de la economía española y gran parte del empleo. Las redes sociales de varias organizaciones políticas ya han prestado su apoyo, al menos moral, a los autónomos vigueses. Mientras que en muchos foros se ensalza la cultura del emprendedor, luego, en la práctica, según argumentan, la verdad es todo lo contrario. Los microempresarios se consideran desangrados por los impuestos, pero no tienen la fuerza de las grandes empresas, que son las únicas que, de quejarse, tienen asegurada una reparación o compensación a sus protestas. Los autónomos han decidido que no pararán hasta que el Gobierno sepa la verdad de la situación y no la que, interesadamente, quiere hacerse llegar a la sociedad.

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