Manel Manchón: «Hay un poco de expiación cristiana en la confesión de Pujol, está pagando su penitencia»

El responsable de política de 'Economía Digital' es uno de los autores del segundo título de la colección de la publicación digital

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Azote de las conclusiones simples, a Manel Manchón (Barcelona, 1969) se le enciende una luz roja cuando las cosas parecen sospechosamente fáciles. Años de periodismo político en Madrid y Barcelona han afilado su análisis, que no su carácter, convirtiéndole en un informador de trinchera y consenso, consecuente y crítico, defensor de los complejos grises en mitad de un entorno donde se premia la reducción a blanco o negro. Tras años de seguimiento parlamentario para El Mundo, El Periódico y Diari ARA, es el hombre de la información política de Economía Digital y uno de los autores del último libro de la colección de este diario, Pujol KO, junto a Xavier Salvador, Ismael García, Sonia Sierra y Agustí Colomines. Un rosario de visiones sobre los últimos acontecimientos que rodean la confesión del ex president de la Generalitat Jordi Pujol. Hablamos con Manchón de este mea culpa tributario que deja entrever las irregularidades en torno al líder indiscutible del catalanismo moderno.

El nombre del libro deja claro un posicionamiento, el de «KO» a Pujol. ¿Asistimos al final de un símbolo?
Bueno, es contradictorio. Por una parte la figura de Pujol ya no es el centro de la cultura catalana, es un proceso que había comenzado antes pero que se ve rematado por este caso. Pujol ya no era un líder político pero sí era un líder moral y, en el aspecto emocional, su confesión ha afectado. Sin embargo, no ha afectado a su legado ideológico. La política catalana se sigue jugando en su terreno. Unas bases de homogeneización social que tienen que ver con el orgullo de país rescatado del noucentisme de principios del XX. Es Pujol el que diseña una estructura asentada en ideas hoy incuestionables como el orgullo de país, el que somos un pueblo con mejores capacidades, más trabajador, más cercano a Europa… Éste será siempre su legado aunque él no esté.

¿Tenía el nacionalismo catalán que matar al padre para seguir adelante?
Bueno, había empezado a matarlo con la sucesión de Mas en 2010, pero sí, las voces que desvinculan el procés con la confesión de Pujol lo dejan claro.

En el libro se reúnen artículos con muy distintas perspectivas, desde el periodismo de investigación de Xavier Salvador hasta los capítulos de análisis. Es precisamente la parte informativa donde se describe una presunta red en torno a la familia Pujol cuyo volumen cuesta creer que pasara desapercibido.
Bueno, todo está demasiado abierto todavía pero, indudablemente, todos hemos tenido sospechas. Algún comentario por parte de un empresario, un soplo cuya fuente no puedes desvelar… Era una forma de hacer que existía y que sólo el tiempo nos dejará saber hasta qué punto era real. Por ahora, lo único que tenemos es su confesión. El tema de los hijos y los empresarios imputados está por demostrar. Indudablemente, algo pasó. La financiación irregular en CiU ya se demostró en el caso Casinos, por ejemplo. Con respecto a la figura de Pujol, a veces olvidamos que hasta dedicarse a la política fue banquero y que fueron precisamente sus irregularidades contables las que propiciaron el caso Banca Catalana.

¿Podría estar la financiación irregular de CIU el origen de esos fondos?
Eso está por ver. También podría ser la indemnización del Banco Vizcaya tras la intervención de Banca Catalana o incluso esos dineros de su padre preocupado por el futuro político de su hijo… Sólo el tiempo nos lo dirá.

¿Arrojará luz sobre este tema la Comisión Pujol?
Para nada. Las comisiones parlamentarias no sirven. Los partidos defienden sus posiciones a través de vetos y bloqueos por cuentas pendientes. En este caso y con las elecciones tan cerca, tanto PSC como CIU intentan minimizar escándalos de corrupción todavía abiertos como el caso Pretoria, que los toca a los dos, o el Mercurio, que afecta al PSC. Lo que será interesante es tener la oportunidad de volver a escuchar otra declaración de Pujol, otra nueva regañina.

En el capítulo elaborado por Ismael García se defiende que es un cambio en la posición de Andorra lo que precipita regularización de los fondos y la confesión posterior. Esto cuestiona las teorías conspirativas en torno al momento que vive ahora Cataluña…
Efectivamente, Andorra tiene un problema con la UE y está siendo obligada a terminar con su opacidad. Es un país al que le conviene llevarse bien con Europa, con Francia y España. Piensa que el obispo de la Seu d’Urgell y el presidente Hollande son co príncipes del Principado. Muy al contrario de lo que ocurría antes, ahora Andorra sólo tiene que recibir un aviso de que un caso está siendo investigado en España para que se ceda toda la información.

Entonces, ¿está relacionado o no este cerco en torno a Pujol con el auge del independentismo en Cataluña?
Que hay una relación es evidente, pero, como siempre, no siempre las cosas salen como se espera. El Gobierno había empezado a poner atención en Pujol no porque fuera importante en la causa independentista, sino porque se pudiera sumar a ella. Al fin y al cabo, él siempre se ha sentido el padre de la patria catalana. En mi opinión, el Gobierno hace una lectura errónea y cree que golpeándolo a él, golpea a la causa. Claramente se ha equivocado. Cuando El Mundo saca las declaraciones de la novia del hijo todo se precipita y él, desoyendo a muchas personas de su entorno, decide confesar. Muchos quisieron impedirlo. El tema podía ralentizarse, él es un hombre mayor… Sin embargo, al confesar, se puso en el ojo del huracán y ha acabado recluido en un despacho de su portería, sin poder salir a la calle sin que alguien le aborde. Hay un poco de expiación cristiana en todo esto, es algo que encaja en el perfil de un hombre de profundas convicciones religiosas: está pagando su penitencia.

De ser el «español del año» según ABC, a votar en el referéndum del 9N, ¿en qué momento se produce la desconexión de Pujol con la política española?
Mientras que el discurso común relaciona la ruptura de la sociedad catalana con Madrid con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, el papel de Pujol es otro. De base porque estaba en contra de tal Estatut. Ve venir el conflicto de intereses porque es más listo que el resto y está acostumbrado a jugar a la ambigüedad, a llegar a acuerdos bilaterales. El Estatut era tajante en torno a ciertos temas y Pujol estaba demasiado acostumbrado a hacer de lobby, a pactar para una parte de la sociedad catalana y contentar a otros. Yo creo que su adscripción al independentismo tiene que ver con algo tan sencillo como seguir la corriente, con dejarse llevar hacia un camino que él nunca se hubiera atrevido a tomar.

Sin embargo, tesis del libro como las de Sonia Sierra apuntan a que hay una hoja de ruta prefijada desde el nacionalismo de CiU con la vista puesta en la independencia.
Yo no lo creo. Creo que la situación les ha desbordado. Eso sí, creo que parte de la nueva generación que se ha formado bajo su ala sí ha sido independentista. Son los que en las celebraciones del 92 corrían con una camiseta de Freedom Catalunya: Oriol Pujol, Joaquim Forn, Germà Gordó, David Madí… Los perfiles gestados en torno a la FNEC.

Sierra apunta a cierto «supremacismo» de la familia Pujol con respecto a los no catalanes…
Un poco sí. Beben de esa tradición. Recordemos que Pujol es un hombre que conoció muy bien España. Conocía la realidad de la posguerra y la dictadura pero su modelo de sociedad era otro. Él quería recuperar los patrones culturales y políticos de la Cataluña noucentista previa a la Guerra Civil, una Cataluña idealizada que mira hacia la excelencia europea. Pujol quiso aplicar eso a una sociedad que ya era mixta y algunos de sus comentarios polémicos se explican por esa contradicción. Suele decirse que Pujol creó una Cataluña muy integradora pero yo creo que la integración que pueda existir ha sido a pesar de él. Lo que creó fueron diversas cataluñas que si bien no son hostiles, viven de espaldas la una a la otra. Ahora puede verse en el proceso. El área metropolitana tiene un ritmo diferente. Se es más o menos independentista si tus padres son de origen catalán o castellano. Son sociedades con distintos ritmos.

¿Asistiremos a un restablecimiento de la figura de Jordi Pujol?
Con los años sí. No se va a entender Cataluña sin Pujol. Él creó estructuras políticas que miran hacia Europa, creó TV3, las escuelas catalanas… Una autonomía con ínfulas de ser un pequeño país hasta tal punto que han organizado un 9N y les ha salido bien. Cuando pienso en su legado siempre me acuerdo del anuncio de Agua Viladrau que dice «¿De qué estamos hechos los catalanes? De superarnos cada día, de trabajar intensamente, de amor a nuestra tierra…» Es un discurso calcado del noucentisme. Es… ¡Pujolismo puro y duro!

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