La muerte del hincha del Dépor pone al descubierto las miserias del fútbol español

Una batalla campal entre Riazor Blues y Frente Atlético se cobra la vida de Francisco José Romero ‘Jimmy’; LFP y Federación son incapaces de suspender el partido mientras la Policía acumula una veintena de detenciones

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Francisco José Romero Jimmy, 43 años, padre de dos hijos e integrante de la sección Los Suaves, una de las más veteranas de los Riazor Blues, ha perdido la vida en una batalla campal entre ultras, una descomunal refriega que ha vuelto a abrir la herida de la violencia en el fútbol español.

No se alcanzaban las 9 de la mañana cuando en Madrid Río, en las proximidades del estadio Vicente Calderón donde Deportivo y Atlético de Madrid disputaron un partido liguero que después nadie pareció querer jugar, más de 200 personas atropellaron la razón y protagonizaron una reyerta que arrancó con bengalas y petardos y siguió con hierros, bates y navajas.

En un lado estaban los Riazor Blues, inferiores en número, y del otro el Frente Atlético. Los efectivos policiales eran reducidos porque el encuentro había sido calificado de bajo riesgo por la Comisión Nacional Antiviolencia. A esas horas, los agentes próximos a la batalla se encontraban allí por casualidad.

Ataque en A Coruña

Francisco José Romero fue primero golpeado por integrantes del Frente Atlético y después arrojado al río Manzanares. Según algunas versiones, se quedó rezagado del grupo principal cuando los Blues tocaron a retirada. Desde el agua pidió auxilio. Cuando los servicios de emergencia lo rescataron lo encontraron con hipotermia, traumatismo cranoencefálico y en parada cardiorrespiratoria. Lograron reanimarlo y se debatió en el hospital durante horas entre la vida y la muerte. Hacia el mediodía, EFE informaba que, según fuentes hospitalarias, estaba «clínicamente muerto». Pasadas las 14 horas se confirmaba el fallecimiento.

Un poco antes, sobre la 1 de la tarde, seis encapuchados rizaban el rizo de lo absurdo y atacaban en un bar de A Coruña, en el barrio de A Gaiteira, a dos aficionados del Atlético de Madrid, que resultaron heridos leves.

Una veintena de detenciones

La Policía detuvo a 24 personas y se identificó a cerca de un centenar, menos de la mitad de los protagonistas de la batalla. Entre los detenidos estaban ultras de otros equipos como el Alcorcón o el Rayo Vallecano. Los Bukaneros, radicales del equipo de Vallecas, emitieron un comunicado para desmentir su participación en la reyerta. Se les presume afinidad ideológica con los Riazor Blues, autodefinidos como antifascistas, en contraste con las facciones de ultraderecha de Frente Atlético.

La investigación trata de averiguar ahora si la batalla fue convocada previamente a través del teléfono y mediante intercambio de whatsapps. Además de intervenir los móviles, también se revisarán las grabaciones de las cámaras de seguridad en la zona, aunque lo cierto es que proliferaban por la red abundantes vídeos del enfrentamiento.


Caótica gestión

El caso es que con Jimmy agonizando, el partido se jugó. La Liga de Fútbol Profesional y la Real Federación Española de Fútbol no fueron capaces de ponerse de acuerdo o de llegar a tiempo para aplazarlo. La LFP tenía esa intención, según informó, pero la competencia para suspender el encuentro es de la Federación, que por toda explicación se limitó a condenar el altercado y transmitir su pésame a la familia del aficionado deportivista.

Pese a que la grada del Fondo Sur del Vicente Calderón estaba llena, los principales dirigentes del grupo ultra no se encontraban en el estadio. Desde el fondo apenas proliferaron cánticos de animación, como es habitual en todos los partidos, ni se utilizó el dispositivo de megafonía con el que cuentan los ultras de forma estable.

Tampoco se vieron las banderas de grandes dimensiones que habitualmente se ondean en ese fondo y que se guardan en un cuarto junto al resto de material de animación del grupo, dentro del propio estadio, en uno de los vomitorios que da acceso a la grada del fondo sur.

Nadie sabía nada

En cuanto al insuficiente despliegue de seguridad, la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, se excusó en la consideración de partido de bajo riesgo. En esas situaciones el despliegue policial es considerablemente menor que en los encuentros declarados de alto riesgo –que superan los mil agentes–, y la presencia de policías se establece en torno a dos horas antes del partido en las zonas más cercanas al recinto deportivo.

¿Y por qué era de bajo riesgo? La Comisión Antiviolencia se escudó en que desconocía la llegada de ultras desde A Coruña. Sin embargo, en los círculos de radicales ya se hablaba de un posible enfrentamiento con los seguidores del Deportivo desde hace una semana, cuando el Atlético de Madrid se enfrentó al Málaga, según informa Europa Press.

Desde el Consejo Superior de Deportes se anunció una reunión de urgencia del Comité Antiviolencia, que se celebrará este lunes a las 10:00 horas y a la que asistirán los Secretarios de Estado de Deporte y de Interior.

“Estamos obligados a actuar”

Desde 1980, han sido 11 los aficionados que han perdido la vida por la violencia del fútbol. Aitor Zabaleta, seguidor de la Real Sociedad, fue este domingo muy recordado en redes sociales, ya que murió hace 16 años tras ser apuñalado por un miembro del Frente Atlético en los aledaños del Vicente Calderón. También vía twitter, los ciudadanos reclamaron a los clubes que desalojen a los aficionados violentos de los estadios con la etiqueta #NoALaViolenciaEnElFutbol, que se convirtió enseguida en trending topic.

El presidente del Deportivo, Tino Fernández, se pronunció en este sentido: “Estamos obligados a actuar”, dijo el empresario en una rueda de prensa junto a Enrique Cerezo, el presidente del Atlético de Madrid. Pero a esas palabras de reacción, siguieron otras en sentido contrario. El propio Cerezo desvinculó el altercado de los clubes y del fútbol, como si fuera un problema ajeno. Poco después, el consejero delegado del Atlético de Madrid, Miguel Ángel Gil Marín, afirmaban en la Cadena Cope que no es quien para “disolver el Frente Atlético”. “Entre esos cuatro mil siempre te encuentras algún hijo de puta”, zanjó.

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