La falta de compradores paraliza la venta de inmuebles de la Generalitat

El solar de las fallidas torres de Calatrava, el histórico edifico de La Cigüeña o la antigua sede de Industria, entre los bienes sin salida en el mercado

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La aventura inmobiliaria emprendida por la Generalitat Valenciana hace un año para obtener liquidez en plena crisis amenaza con irse a pique. El Gobierno valenciano anunció en octubre de 2010 que iba a poner a la venta edificios y solares con un valor de tasación cercano a los 400 millones de euros para intentar superar los problemas económicos derivados de la crisis y el endeudamiento desorbitado.

Sin embargo, apenas once meses después, el proyecto ha sido paralizado ante la falta de compradores y el riesgo de malvender enclaves de alto valor como el solar de las fallidas torres de Calatrava o el histórico edifico de La Cigüeña. Fuentes de la Conselleria de Hacienda han confirmado que, de momento, la subasta de los inmuebles se ha aplazado sine die por la ausencia de compradores interesados.

Los sondeos realizados por el Gobierno valenciano apuntan a un escaso interés por adquirir las parcelas o, en todo caso, a ofertas muy por debajo del valor de tasación. Así, ante la imposibilidad de recaudar la cantidad esperada, la venta de los inmuebles no entra dentro de los planes inmediatos del nuevo Consell que preside Alberto Fabra.

Un ‘pack’ de 17 edificios y solares

Entre los inmuebles que la Generalitat quería subastar, se encuentra la parcela EM3, propiedad de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde se pretendían construir hasta cinco grandes edificios con la firma de Santiago Calatrava, en los tiempos de vino, rosas y proyectos faraónicos. También figuran las históricas dependencias de La Cigüeña, antiguo hospital de maternidad y sede de la conselleria de Bienestar Social, y un edificio en la céntrica calle Colón, una de las más caras de Valencia, donde se ubicaba la conselleria de Industria.

El pack se completa con dos locales comerciales en las calles Nàquera y Guardia Civil, así como doce parcelas de titularidad autonómica repartidas por toda la Comunidad Valenciana. En concreto, cuatro parcelas en Alicante (dos industriales y dos, en principio, para construir VPO), un solar industrial en Elche, tres terrenos en Castellón de la Plana y un buen puñado de metros cuadrados de uso industrial en localidades como Albal, Paterna, Sagunt y Torrent.

El valor de tasación total de los inmuebles alcanza los 392,9 millones de euros, si bien la joya de la corona son las dos antiguas sedes de Industria y Bienestar Social, así como los locales comerciales de Valencia, cuya tasación supera ampliamente los 100 millones de euros. El otro gran punto fuerte de la venta paralizada es el solar EM3 de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, enclavado en la nueva zona chic de la ciudad, junto al Palau de les Arts, L’Hemisfèric, L’Oceanogràfic y los barrios de clase alta del entorno de la avenida de Francia.

El ‘pufo’ de las torres de Calatrava

El fracaso a la hora de encontrar comprador para el solar de la Ciudad de las Artes y las Ciencias supone el segundo pufo de la Generalitat en esta parcela, ya que el primero fue el intento de levantar los cinco nuevos edificios de Calatrava (cuatro rascacielos y un complejo horizontal). El proyecto se fue al traste por la gran inversión necesaria, la previsión de sobrecostes tan característica en las obras del arquitecto de Benimàmet, la crisis económica y la deuda creciente del Consell, si bien el Gobierno valenciano nunca ha renunciado oficialmente a llevarlo a cabo.

Aunque desde el principio se alzaron muchas voces denunciando la inviabilidad del proyecto, el ex presidente valenciano, Francisco Camps, tan dado a los actos rimbombantes y los grandes proyectos, no dudó en presentar las torres de Calatrava a bombo y platillo.

En noviembre de 2004, en plena burbuja inmobiliaria, Camps mostró por primera vez una maqueta de la parcela EM3 que incluía cuatro rascacielos de hasta 280 metros de altura, con un máximo de 64 plantas, y un edificio horizontal; con el tiempo, una de las torres desapareció, así como el edificio horizonal. Finalmente, todo el proyecto se diluyó como un azucarillo.

Problemas burocráticos

Así pues, de ser un solar donde se iba a construir “el rascacielos más alto de España y el segundo mayor de Europa”, la parcela EM3 se ha convertido en una patata caliente sin comprador a la vista.

En cuanto al resto de inmuebles paralizados –la mayoría están, actualmente, sin ningú uso, ni productividad-, tampoco hay visos de venta cercana y rentable; es más, algunos edificios, como la histórica sede de La Cigüeña, donde nacieron muchos de los políticos que hoy no saben qué hacer con él, se encuentran también con trabas burocráticas que hacen todavía más difícil su subasta y posterior venta.

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