La demora del Banco de España en valorar las cajas desespera al sector

La valoración de las cajas que tendrán al Estado como accionista puede demorarse aún varias semanas. Demasiado para las cajas que quieren salir a bolsa y sufren las duras exigencias de los mayores inversores

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Bankia, Banca Cívica, Mare Nostrum y el grupo de cajas liderado por Cajastur han manifestado su intención de salir al parquet o dar entrada a inversores privados. El objetivo es evitar que sea el Estado quien tenga que poner sobre la mesa los alrededor de 10.000 millones de euros que necesitarían para cumplir con las exigencias de capital que impone el Gobierno. El Ejecutivo obliga a que todas las entidades operen con al menos un 8% de capital principal.

La mayoría de los inversores con los que han contactado las cajas exigen importantes descuentos en el precio, que en los casos más extremos superan el 50% del valor contable. Una cifra muy alejada del 20% de CaixaBank, la única entidad con una valoración cerrada a día de hoy.

Una referencia básica

Pero, sobre todo, las instituciones –fondos de inversión, de pensiones y family office– quieren saber en cuánto valora el Banco de España a las cajas en cuyo capital entrará el Estado. Es decir, Catalunya Caixa, Unnim, NovacaixaGalicia y la CAM. Se trata de las cajas con la situación financiera más precaria, pero en un escenario de reestructuración y saneamiento del sector su tasación será una referencia válida para los inversores que estudian entrar en el capital de los grupos que quieren iniciar la aventura bursátil.

Máxime si se tiene en cuenta que la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha advertido de la complejidad de valorar a las nuevas cajas que salen a bolsa. Esgrime dos razones: que son grupos sin pasado y por lo tanto no se puede evaluar su comportamiento anterior, y que al-gunos de los activos que tienen son de difícil tasación.

Por eso, los grandes fondos quieren tener todos los datos antes de decidir. Están exigiendo retornos para sus inversiones de al menos un 10%, lo que requiere exprimir el precio de compra. Por ello, antes de dar el sí quieren saber la valoración oficial de los competidores que, salvando las distancias de solvencia y tamaño, comparten los problemas de dèficit de capital. Lo que en otro escenario sería una referencia menor –a las cajas que serán nacionalizadas las tasa el Banco de España y a las que salen a bolsa los mercados- adquiere ahora más importancia.

El problema es que el veredicto del Banco de España y el Frob no es cuestión de días, sino de semanas y que, previsiblemente, no se va a producir de una sola vez. Es decir, que las tasaciones se irán conociendo a medida que el Frob llegue a un acuerdo con cada una de las entidades para entrar en su accionariado.

Los plazos se estrechan

Salvo en el caso de la CAM, que ha pedido una ayuda directa al Fondo, el resto de los casos son relativamente complejos ya que las fórmulas de recapitalización contemplan distintas alternativas. NovaCaixaGalicia, CatalunyaCaixa y Unnim –con un déficit de capital de 2.622, 1.718 y 568 millones, respectivamente– sí están buscando fórmulas para que el peso del Estado en el capital sea el menor posible. Se trata de un proceso abierto y que puede prolongarse en el tiempo.

Para las salidas a bolsa hay tiempo hasta marzo de 2012, pero el problema es que a fecha de hoy –tras una reestructuración histórica que ha reducido el número de entidades de 45 a 18–, son muchos los inversores que consideran que en plena reestructuración del sector no es posible valorar las cajas de forma eficiente.

El tamaño ayuda a Bankia

En este escenario, Bankia mantiene contra viento y marea su intención de empezar a cotizar en julio. Para ello, debería lanzar su oferta pública de venta (OPV) como muy tarde en la tercera semana del mes de junio. Por lo tanto, es muy posible que las valoraciones del Banco de España no estén terminadas, al menos en todos los casos.

La entidad que preside Rodrigo Rato juega a su favor con el tamaño -cuenta con unos activos totales de 320.367 millones de euros, a años luz de cualquiera de las entidades en las que el Estado será accionista- y con una enorme red de oficinas en todo el país que le permitirá cargar gran parte de la oferta de acciones sobre su clientela. En estas condiciones, sólo Bankia puede asegurar una primera oferta exitosa, ya que la colocación en bolsa de CaixaBank en julio no requiere venta de acciones. Cotizará a través de Criteria.

Las prisas de las cajas con vocación bursátil están justificadas por otra razón. Si Bankia no pudiera salir al mercado antes del verano podría producirse una gran congestión en el camino que lleva a las cajas a la bolsa: hasta cuatro entidades tendrían que dar el salto al parqué entre septiembre de este año y marzo del ejercicio que viene, compitiendo por los mismos inversores y sin garantía alguna de que los mercados estén abiertos en ese período.

La competencia no ayuda

A las apreturas en el calendario se suman las declaraciones realizadas la semana pasada por alguno de los ejecutivos vip del sector financiero español. Sobre las cajas que buscan fondos propios para resolver sus problemas de solvencia, el consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, aseguró el pasado viernes que “va a ser difícil realizar una valoración y que se genere atractivo para los inversores privados, independientes, profesionales y con vocación de permanencia. Éstos podrán esperar a que entre el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) para llegar después”.

También el viernes, en otro tono mucho menos contundente y refiriéndose exclusivamente a los contactos infructuosos -por ahora- de su grupo con distintas cajas para adquirir su negocio de gestión de activos, el presidente de Mutua Madrileña, Ignacio Garralda, explicaba que “las entidades están muy centradas en su saneamiento” y esperaba que la valoración que el Frob pueda ayudar a poner precio a sus negocios.

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