Galicia es la única potencia láctea de Europa sin grandes inversiones en industria

En los dos últimos años no se han registrado proyectos mayores de 20 millones

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La comunidad gallega es la única entre las 10 primeras regiones lácteas de la Unión Europea (UE) que no ha registrado ninguna inversión industrial importante –superior a los 20 millones de euros– en el periodo 2012-2014. Así lo recoge el informe elaborado por el profesor Edelmiro López para el Foro Económico de Galicia, que pone énfasis en la debilidad de la industria gallega, sobre todo a la hora de generar valor añadido. Esto provoca que, pese a que Galicia produce cerca del 40% de la leche en España, apenas supone el 10% del empleo y el valor que genera el sector.

El estudio, bajo el título El complejo lácteo gallego en un mercado liberalizado. Estrategias y políticas ante la desaparición del sistema de cuotas en la UE, sitúa a Galicia como novena región europea en producción de leche, después de otras como Bretaña, Lombardía o Normandía. Todas ellas han acometido proyectos industriales que superan los 20 millones de euros en los dos últimos años. Galicia, no. «Los pocos proyectos en España se localizan en otras comunidades autónomas, siendo aquí el criterio no la proximidad a la oferta de materia prima sino a los centros de consumo: Cataluña y regiones del entorno de Madrid».

El 80% de la leche, en manos foráneas

Edelmiro López ha instado a la Xunta a lograr de Lactalis un «compromiso con Galicia», de forma que se pueda convertir «en el Citroën del lácteo», en lugar de permanecer operando en la comunidad «sin implicarse». También ha llamado la atención sobre la «carencia» de unas instalaciones para producir leche en polvo en Galicia, y ha recomendado que los ganaderos tengan también «implicación» en proyectos industriales, y reformulen sus producciones, por ejemplo, a la fabricación de queso, menos vulnerable a las tensiones internacionales.

Según los números que maneja su informe, el porcentaje de leche transformada por industrias cooperativas es del 7% en Galicia, frente al 97% de Irlanda, 91% en Dinamarca y 87% en Holanda.

También destaca el escaso impacto de las empresas de capital gallego, Leche Río, Feiraco y Clesa. Únicamente transforman el 20% de la leche que produce Galicia, por lo que no representan más del 3% del valor y el empleo del sector en España.

Cambio de modelo

Las propuestas de Edelmiro López comienzan con la petición de una reforma agraria «adaptada a las condiciones del siglo XXI», que «no tiene por qué tocar la propiedad, sino lograr su movilización efectiva». Y para ello, ha subrayado, «no tanto» hay que pensar en «nuevas leyes» sino en aplicar «los instrumentos ya existentes».

En segundo lugar, plantea la reorientación del sistema productivo de las explotaciones hacia modelos «menos dependientes de insumos externos», a través del incremento de su base territorial, la reorientación de las ayudas a las inversiones, la utilización de los pagos agroambientales y el asesoramiento y la formación.

Un tercer punto aconseja el incremento del tamaño de las industrias, «para afrontar los retos en materia de innovación y mercados», por medio del crecimiento interno y la concentración empresarial, pero también mediante el desarrollo de fórmulas de cooperación entre empresas.

Subvenciones sí, pero no para todos

La cuarta medida se refiere a la orientación «más selectiva del apoyo público a las industrias». «Debe limitarse al mínimo el apoyo a inversiones de ampliación de la capacidad en derivados simples con mercados saturados», establece el trabajo del profesor López.

En este sentido, llama a «evitar el uso de fondos públicos para crear o mantener zombis empresariales» como Alimentos Lácteos. «Los fondos disponibles es necesario concentrarlos en tres ámbitos: puesta en marcha de líneas productivas en derivados lácteos de mayor valor acrecentado, innovaciones en los procesos productivos que permitan reducir de modo significativo los costes y mejora del posicionamiento de las empresas en el mercado español mediante estrategias diferenciadas por segmentos», añade.

El Gobierno se quedó a medias

En quinto puesto, acerca de esta apuesta por la diferenciación de los productos y las marcas de calidad, recomienda el impulso de las denominaciones de origen de quesos y el apoyo a proyectos de empresas destinados a una diferenciación.

Ya por último, reclama el impulso de los mecanismos de articulación de la cadena láctea, tras tildar el autor de «cojos» los últimos acuerdos pactados en el Ministerio de Agricultura, por estar supeditados a la «voluntad» de las partes y ser eso, «puro voluntarismo», al no disponer de elementos para el control ni la sanción.

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