Fallece Coppini, el autor de la banda musical de los 80’s

Siniestro Total y Golpes Bajos mostraron el talento de la época más brillante del pop español

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Las modas, las series de televisión se han empeñado en mostrar una y otra vez La Chica de ayer, de Nacha Pop, como la canción de toda una época, de aquellos años ochenta en que todo estaba por hacer, y pese a las dificultades, España podía mirar al futuro con ilusión y optimismo.

Pero esa elección, enorme, no es representativa. Más que Nacha Pop, una generación de jóvenes creció con los temas muy gamberros e insolentes de Siniestro Total y los más elegantes e introvertidos de Golpes Bajos. El autor de aquellas canciones, de Ayatola, o de Malos tiempos para la lírica, o La Virgen loca, ha fallecido esta Nochebuena: German Coppini, un hombre íntegro, con poca suerte en los últimos tres lustros, olvidado por la industria y las nuevas generaciones.

Una de las características de Coppini era que defendía el conjunto de la llamada movida madrileña, como una explosión de talento musical de todos los rincones de España. Madrid fue lo que más se conoció, pero los grupos nacieron en todos los lugares, gente joven haciendo música. Desde Vigo aparecieron ellos, una ciudad industrial, desestructurada, como todas en aquellos convulsos años ochenta. Y Coppini reivindicaba Vigo, pero también Barcelona, la ciudad en la que su padre había hecho sus pinitos como cantante de boleros.

Demasiado breve

Republicano, defensor de todas las causas justas, Coppini (Santander, 1951) es uno de los autores musicales más brillantes del pop español, olvidado con demasiada rapidez.

Coppini fue capaz de poner en marcha Golpes Bajos, dejando Siniestro Total, hasta tal punto que, tiempo después, muchos de sus nuevos seguidores descubrían que era el autor de aquellos temas de corte punk que habían descolocado a los bienpensantes de la época.

Con Golpes Bajos la historia fue intensa y breve, sólo entre 1983 y 1985, con tres discos que siguen sonando, y que están en todas las casas de una generación que ha pasado ya de los cuarenta. Junto con Teo Cardalda, Luis Garcia y Pablo Novoa, aquellos temas siguen en la memoria: No mires a los ojos de la gente; Escenas olvidadas, Hansel y Gretel; Colecciono moscas, Fiesta de los maniquíes…Y las más recogidas, las que hablaban de una Galicia con sello propio, como Travesuras de Till, o Santos de devocionario.

Desconexión en los noventa

A mediados de los noventa, Coppini, nunca apartado del todo de los proyectos musicales, con bandas muy dispares, lo intentó de nuevo con Carabás. No hubo forma, a pesar de que los más seguidores, los que le mostraban el afecto en sus actuaciones en directo, buscaran nuevos adeptos. Su tiempo había pasado. La conexión con un nuevo público ya era del todo imposible. Y los más viejos, los que habían crecido en esas inhóspitas ciudades de los primeros años ochenta, estrenando democracia, y con el socialismo imperante de Felipe González, ya abrazaban nuevos ritmos y nuevas experiencias vitales.

Aquel trabajo, Carabás, tenía claras referencias biográficas. En Noche de lobos, Coppini cantaba que «aquellos temas de Golpes Bajos la tenían supercolgada». Sí, pero los años habían pasado, efectivamente.

Esta Nochebuena nos ha dejado Germán Coppini, tras una enfermedad hepática. Descanse en paz. También ahora son Malos tiempos para la lírica.

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