Enfado y decepción del sector del motor con Mas y Rajoy en Barcelona

Varias empresas automovilísticas y los representantes de diferentes ámbitos de la industria acusan a los presidentes catalán y español de desconocimiento y despreocupación

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Iba a ser una comida plácida. Unas 80 personas habían sido reunidas hoy viernes en el palacete Albéniz de Barcelona, con motivo de la inauguración del Salón del Automóvil, para escuchar las reflexiones del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y de la Generalitat, Artur Mas, sobre la automoción y su futuro.

Lo que estaba llamado a convertirse en un acto de lustre reputacional para los políticos, se ha transmutado en un auténtico reguero de críticas, malestar y reproches para ambos políticos. A la salida de la comida, algunos de los asistentes se han tomado la molestia de hacerles llegar su enfado de forma directa a los dos políticos.

«No saben de nada, no se lo preparan, alguien les escribe los discursos y no se preocupan ni de qué dicen», aseguraba el responsable de una de las empresas invitadas.

Las referencias a VW mosquean a los asistentes

¿Cuál ha sido el problema, pues? Los invitados al convite eran todos ellos prohombres que asistían en representación de todos los subsectores de la industria de la automoción: fabricantes, distribuidores, importadores, talleres independientes, productores de componentes… Sin embargo, tanto Rajoy como Mas han cometido el desliz de citar en sus discursos únicamente a los fabricantes y, en especial, la inversión del conglomerado alemán Volkswagen.

«No tienen ni idea de que VW acaba de denunciar al sector por prácticas anticompetencia, que siempre ha practicado, para garantizarse que no se llevará multa. No saben los esfuerzos que hemos llevado a cabo los demás estos últimos años», señalaba el representante de un fabricante de coches. El más contrariado ha sido José Vicente de los Mozos, presidente de Renault España, a quien incluso se le han escuchado algunos gritos de enojo a la finalización del encuentro.

Una industria más allá de las fábricas de coches

El acto fue abierto por Enrique Lacalle, presidente del salón; le siguió en el uso de la palabra el alcalde de Barcelona, Xavier Trias; después intervino Mas y, en último lugar, Rajoy. «Después de decirnos que el plan PIVE se aprobará el viernes, sólo se han referido a Anfac y a VW», señalaba otro de los asistentes. Otro, que incluso departió sobre esa falta de tacto con el ministro de Industria, José Manuel Soria, argumentaba que a los dirigentes políticos les cuesta entender que la automoción es el 12% del empleo español y el 8% del PIB. «Y aunque no lo entiendan, hay mucho más empleo fuera de las fábricas de coches que dentro de ellas», agrega.

Los dardos no sólo apuntaban a la diana de Rajoy. Mas también se ha llevado lo suyo: «Ha demostrado incapacidad absoluta. Ni siquiera se acuerda que en 2012 gracias a CiU se consiguió salvar la enmienda 16 [la polémica medida que permite a los distribuidores devolver a los fabricantes los automóviles no vendidos en un determinado plazo]. Trabajan tan poco que son incapaces de poner en valor sus propios méritos».

Campaña electoral

Jaume Roura, presidente de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto), ha sido otro de los decepcionados por los discursos que los dos presidentes han brindado al sector. El empresario catalán (Grupo Lesseps) es también de los que considera que, con las expectativas que hay en el sector, las intervenciones de ambos políticos debían tener un punto de vista más amplio.

Ha existido quien ha visto un acto político en las intervenciones que han tenido lugar. «Nos han hecho un mitin –relata un asistente–, están en campaña electoral, les importa un pimiento las necesidades de la industria y sus retos, para ellos la única brújula que importa está en las urnas dentro de unos días».

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