El turismo se resigna ante otro fracaso en la coordinación de aeropuertos

Los empresarios del sector creen que el problema de los localismos "no se resolverá nunca"; el clúster espera a la reunión que abordará la conectividad para pronunciarse

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Un problema clásico en un nuevo escenario. La reunión del comité de coordinación aeroportuaria de Galicia reeditó en Madrid lo que sucedió en territorio gallego durante los últimos años, un enfrentamiento entre los Ayuntamientos y una voluntad de coordinación frustrada por los localismos. Fue Abel Caballero, alcalde de Vigo, la nota más disonante ante la aparente buena sintonía que tienen entre sí Martiño Noriega y Xulio Ferreiro.

El regidor vigués cargó contra la Xunta por intentar «forzar el cierre de Peinador», beneficiando con su política de subvenciones a las instalaciones de A Coruña y Santiago. Caballero propuso un acuerdo de «ayudas cero», pero antes salientó que no dejaría atrás las subvenciones mientras Oporto mantenga las ayudas en Sá Carneiro. Esto último lo desveló Xulio Ferreiro, que matizó: «Oporto no está aquí sentado».

¿Y los empresarios?

La batalla de siempre, que ya comenzó antes de la reunión con las críticas de Martiño Noriega a la política aeroportuaria de Vigo, frustra al sector turístico, a las empresas, que llevan años pidiendo la coordinación de las terminales. Las instituciones del sector han preferido no pronunciarse y mantener el silencio hasta el próximo encuentro, en el que, presumiblemente, se abordará la conectividad de los aeropuertos.

El problema de las distintas asociaciones que integran uno de los motores de la economía gallega es que temen, por un lado, que se utilicen sus palabras políticamente para avivar aún más la guerra. En su momento, el clúster turístico de Galicia presentó una propuesta de coordinación que coincidía en bastantes puntos con la de Fomento y que emplazaba a Lavacolla como el gran aeropuerto turístico y a Alvedro y Peinador más especializados en los viajes de negocios.

Por otra parte, en el propio sector tienen una tradición de problemas, con divisiones entre los colectivos de distintas ciudades.

Del enfado a la resignación

Empresarios turísticos reconocieron a este medio que el encuentro había sido muy negativo. Otros desesperan y empiezan a pensar que «el problema de los localismos no se arreglará nunca». «Ahora hay dos que se pueden coordinar, A Coruña y Santiago, y otro que se enfrenta a ellos. Dentro de cuatro años, cuando haya otras elecciones, cambiará el reparto de fuerzas pero seguirán enfrentados».

Reconocen, pese a todo, que los ánimos están más tranquilos porque la cifra de visitantes fue creciendo, se calmó la crisis y los números mejoran. Lo que fue un clamor durante la recesión económica, el cabreo por la falta de voluntad política para lograr la coordinación, ahora se vive con más resignación que enfado. «Es lo de siempre», apuntaba un empresario del sector hotelero a este medio.

En el Clúster de Turismo de Galicia, uno de los miembros que integra el comité, dicen que no se pronunciarán por el momento, si bien matizan que la coordinación aeroportuaria es un tema fundamental para la buena salud del sector.

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