El IVA maquilla un descalabro de casi 200 millones de la Agencia Tributaria en Galicia

La recaudación por el consumo crece en las grandes ciudades, pero es insuficiente para contener las sangrías del IRPF y el Impuesto sobre Sociedades

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Pinchazo de dos de las tres ruedas del sistema tributario estatal en Galicia. Los saldos compensados de los tres impuestos más importantes, IVA, IRPF e Impuesto sobre Sociedades, arrojan un saldo negativo conjunto de 141 millones de euros sobre el mismo período de análisis del año 2014, una cifra que podría ser mayor si no fuese por el efecto balsámico de un aparente mayor consumo en los mercados -y, por tanto, con efectos recaudatorios- que aporta al Tesoro cerca de 50 millones de euros más al conjunto de la recaudación gallega en la primera parte del ejercicio. La cifra, pese a que supone un acelerón del gasto, sigue siendo insuficiente para invertir el incontestable signo negativo del saldo general.

El leve incremento de los ingresos públicos derivados del buen comportamiento de la figura tributaria que mejor representa el aumento de las compraventas en términos generales, no ha sido suficiente para frenar el descalabro general de la recaudación tributaria en la primera parte del año, que en conjunto es peor en Galicia que en el resto del Estado, donde sí crece levemente, según datos de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT). Los ingresos fiscales compensados obtenidos en la comunidad autónoma han pasado de 1.296 millones del primer trimestre del ejercicio pasado, a los 1.155 del período actual, lo que representa un descenso de casi el 11%. En España, por el contrario, ha crecido en torno a un 4,5%.

Desplome

Si no existiese el registro de signo positivo del IVA, por el repunte del consumo -una vez que el mercado ya ha absorbido por completo el ficticio efecto arrastre de los ingresos por los nuevos tipos del IVA aprobados en el año 2012- el desplome de la recaudación gallega se situaría en 198 millones de euros menos con sólo un año de diferencia y en sólo un trimestre. En auxilio del IVA, y frente a la tendencia negativa del IRPF y del Impuesto sobre Sociedades, han acudido también el impuesto sobre el tráfico exterior, precisamente por un mejor funcionamiento del movimiento comercial con los mercados extranjeros, con un aumento del 21%, pese a que en términos globales su aportación es poco significativa.

En el lado opuesto, y de forma sorprendente y restando al conjunto de los impuestos estatales, el hasta ahora tradicional buen comportamiento del Impuesto sobre la Renta de los No Residentes (aquel que satisfacen los que poseen bienes o activos en España, pero residen en el extranjero) ni siquiera ha podido ofrecer un signo positivo. Frente a los históricos incrementos moderados de su particular recaudación, tanto trimestral como anual, esta vez ha caído un 26% en cómputo interanual, según los datos del Ministerio de Hacienda. Pese a la escasa importancia de su valor económico, este tributo sí lo tiene en el plano de la marcha general de los negocios y del patrimonio de los residentes en el exterior en Galicia.

Pontevedra, en positivo

Todos los centros gallegos de la Agencia Tributaria arrojan en 2015 saldos negativos sobre los datos de 2014, a excepción de la delegación especial de Pontevedra, que presenta una recaudación mejorada en 7 millones de euros frente al período enero-marzo del año pasado. En el lado contrario se sitúa la delegación de A Coruña, que ha perdido un 16% de su recaudación parcial, pasando de 708 a 595 millones de euros de ingresos públicos. Por su parte, Lugo y Ourense se mantienen en una posición que podría denominarse tributariamente estacionaria y plana, en tanto que las cifras de la delegación especial de la AEAT en Vigo caen moderadamente, desde 225 a 210 millones ingresados en las arcas públicas.

¿Qué se observa en esta primera parte del año?. Al margen de los aumentos del IVA, que se basan en un incremento de los consumos tanto empresariales como de las familias, y del buen comportamiento de las compañías a la hora de mover mercancías dentro y fuera de España, estos mejores ratios se producen con mayor claridad en las provincias más pobladas e industrializadas de Galicia. Las grandes ciudades están tirando levemente de la demanda interna, al igual que lo hacen las empresas, aunque en muchos casos, probablemente en la mayoría, a costa de obtener muy poco beneficio en la operación y sólo generar un mayor flujo de tributos. Por ese motivo, Hacienda recauda más en esas delegaciones especiales de la AEAT.

Descensos alarmantes

Por el contrario, las cifras de IRPF, básicamente la recaudación por los rendimientos del trabajo de los empleados por cuenta ajena y de las actividades económicas de los autónomos, están bajando alarmantemente. Y lo han hecho desde los 712 millones de euros hasta los 654 del primer tramo de 2015. En este impuesto también se incorporan los movimientos de bienes particulares, en el aspecto de las pérdidas y ganancias entre los valores de su compra y su venta, y los rendimientos del capital, tanto los títulos-valores (acciones), por ejemplo, como aquellos alquileres de inmuebles declarados.

En cuanto al Impuesto sobre Sociedades, que grava los beneficios de las compañías en distintos porcentajes dependiendo de su actividad e incluso su juventud en el tráfico mercantil, la actual situación tanatológica de los tributos estatales en Galicia, no deja lugar a dudas. De 23 millones de euros de signo negativo en 2014, se ha pasado a unos colosales 136 millones negativos en el primer tramo de 2015. Los beneficios de las empresas siguen sin llegar. No sólo eso, sino que empeoran sus datos, al menos en la comparación entre el ejercicio pasado y el actual, aspecto que chirría cuando muchas voces hablan ya de recuperación económica.

El peso de A Coruña

A Coruña, de nuevo, con su enorme peso específico industrial en el conjunto de Galicia, se revela como una provincia en la que las empresas no pueden firmar más que un expediente negativo en el impuesto de un total de 110 millones, cuando en el mismo período de 2014 fue de 17 millones negativos. Sólo Ourense y Pontevedra aportan registros apenas imperceptiblemente positivos en la recaudación de esta figura tributaria, que es un buen barómetro para conocer la salud de las empresas. 

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