El domingo cambiamos el horario sin que la economía se beneficie del atraso

El Instituto internacional de Ciencias Políticas asegura que el verdadero revulsivo sería adaptar los hábitos al resto de Europa

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La madrugada de este sábado los españoles dormirán un poco más. Al menos, en el reloj. A las tres de la mañana se atrasará la hora hasta la dos para adaptarse al sol de invierno. ¿Tendrá algún efecto económico el nuevo horario? Ni positivo, ni negativo, según los expertos consultados. Para ganar más productividad, el gran objetivo de cualquier cambio económico, no es suficiente con este pequeño paso.

Para conseguirlo, el horario español se debería acercar al modelo europeo. La abanderada de esta petición es la Asociación para la Racionalización de los Horarios (Arhoe). Sus miembros reconocen que el Gobierno y las instituciones privadas les han empezado a hacer caso los últimos tres años, cuando la crisis ha afectado a la situación económica del país.

Más exportaciones y turismo

El argumento monetario es que, al tener un horario laboral más parecido al resto de los vecinos, las exportaciones se beneficiarían casi por una cuestión administrativa. “Al coordinar los horarios de nuestras jornadas laborales con el resto de Europa, se mejorarían nuestras relaciones comerciales facilitando el contacto entre países”, declara el profesor de la Universidad a Distancia de Madrid y académico del Instituto Internacional de Ciencias Políticas, José María Fernández-Crehuet, miembro de la cúpula de Arhoe.

También defiende que respondería a la principal queja de los visitantes que llegan a España y huyen de las rutas más turísticas por el choque del cambio de horarios en las comidas, indica el profesor. Recuerda que contribuyen al 10% del PIB y generan el 12% del empleo.

Hábitos más saludables

Más allá de la cuestión económica, la Arhoe defiende la mejora de calidad de vida que supondría seguir la pauta horaria del resto del continente. Se ganaría en productividad al concentrar el horario laboral, por lo que no se necesitarían tantas pausas para recuperarse. Pero no sólo con trabajar menos horas se alcanzaría la meta: también reclaman una mejor alimentación y más horas de descanso.

La asociación es la responsable de que TVE avance el prime time de la programación hasta fijar su final a las 12 de la noche. También mantienen conversaciones con el resto de cadenas privadas. “Hay interés”, indica Fernández-Crehuet. Pero la decisión se debe consensuar entre todos para no perder audiencia, por lo que se podrá demorar. Asimismo, indica que algunos empresarios ya ofrecen soluciones flexibles a sus plantillas. “Como la bolsa de horas en la función pública”, remarca.

Voluntad política

Por ahora, la racionalización de horarios cuenta con el apoyo de la Subcomisión de Igualdad del Congreso. Pero cualquier tipo de acuerdo en esta materia necesita una mayoría parlamentaria que aún no siempre está clara. Aún hay tiempo para conseguirlo, dice el profesor. ¿Y voluntad? “Se han dado pasos”, indica. Como el del prime time.

Con todo, Fernández-Crehuet recomienda que se aproveche el cambio de la madrugada de este sábado para intentar aplicar ya de entrada los hábitos saludables, como mínimo, en la alimentación diaria para ser más productivos e intentar salir antes del trabajo. Un primer paso para la racionalización y la conciliación.

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