El calor y la sequía disparan la producción de las térmicas gallegas

Meirama y As Pontes sacan partido a los meses de verano aprovechándose de la 'debilidad' de otras fuentes de generación

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Las centrales térmicas de Galicia, As Pontes y Meirama, trabajan estas semanas a destajo para cubrir las demandas de producción eléctrica. Sus chimeneas no paran de expulsar humo ni un segundo. El calor hace que medio país accione sus equipos de aire acondicionado y, al mismo tiempo, la escasez de lluvias en los últimos meses provoca que los embalses no tengan excedentes para generar energía, explican fuentes próximas al sector.

Este ‘mix’ de factores conlleva una mayor actividad en las centrales térmicas, que en la actualidad están cubriendo entre un 20 y un 30% de la demanda total. Las dos plantas gallegas son capaces de suministrar por ellas solas alrededor de un 8% gracias a los más de 2000 MW que suman entre ambas. Tienen además una ventaja frente al resto de térmicas y es que, al emplear carbón importado -principalmente de Sudáfrica y Estados Unidos- en lugar de hulla nacional,el coste de producción del megavatio es sensiblemente inferior y las emisiones mucho más moderadas.

Mejora constante

Las centrales térmicas son las responsables del 70% de las emisiones derivadas de la producción de electricidad en España. No obstante, tanto Endesa como Gas Natural Fenosa, propietarias de las instalaciones de As Pontes y Meirama respectivamente, han realizado importantes inversiones para mitigar el impacto de la quema del combustible en el medio ambiente y prevén seguir haciéndolas. Por ejemplo, Gas Natural Fenosa tiene previsto invertir 120 millones hasta 2020 en Meirama para dotar a la central de plantas de desnitrificación y desulfuración que permitirán limitar la emisión de óxidos de azufre, nitrógeno y partículas.

A mediados de la década pasada, el agotamiento de las minas que suministraban el combustible (lignito) –ahora convertidos los huecos en lagos– obligó a las dos eléctricas a transformar sus plantas y prepararlas para la quema de carbón de importación. En 2010, el Decreto del Carbón, que primaba el uso de carbón nacional, supuso un duro golpe para las dos plantas, ya adaptadas a la hulla bituminosa, que casi les cuesta el cierre. Sin embargo, en los últimos años la situación se ha revertido. El precio del carbón de importación ha caído más de la mitad en los cuatro últimos años y su explotación es más que rentable.

Otras fuentes de generación

El calor y la sequía a los que nos enfrentamos en las últimas semanas hacen que las renovables no sean una alternativa a la generación eléctrica. La solar fotovoltaica, que solo podría cubrir el 3% de la demanda no rinde bien con altas temperaturas; la eólica, con un aire seco y menos denso no logra la fuerza necesaria para mover sus generadores, y la hidráulica, con unos embalses secos, no obtiene el caudal necesario para turbinar.

Las únicas alternativas, aparte de la nuclear, son el gas y el carbón. El gas natural emite hasta un 60% menos, pero su coste – entre 53 y 70 euros por megavatio- no lo hace competitivo. Así que mientras la demanda de electricidad siga creciendo, el calor apretando y la lluvia sin aparecer, las centrales térmicas gallegas estarán de enhorabuena porque sabrán que trabajo no les va a faltar.

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