El adiós definitivo al frustrado proyecto eólico de Fontenla

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Con el paso de los años, el viento en Galicia ha agitado muchas polémicas. El concurso eólico que el bipartito llevó a cabo en el año 2008 fue tumbado por la primera Xunta de Feijóo y repetido en 2010. Ahora, cuando acaba 2012, poco queda ya de aquellas promesas de contrataciones masivas y de grandes proyectos industriales ligados al viento. La realidad económica, la retirada de primas y la legislación actual han jugado en contra del viento. Pero ya antes de que pasase esto, muchos proyectos quedaron por el camino. Uno es el del presidente de la patronal, Antonio Fontenla.

Estos días el Borme recogía la disolución voluntaria de la empresa Parque Eólico Alto do Peón. A muchos no les sonará, pero este era uno de los grupos que en 2010 entró en el concurso eólico de Feijóo para optar a alguno de los más de 2.300 megavatios que repartió. Detrás de esta empresa estaban las sociedades Gespifont, gestionada por Antonio Fontenla, y por Inmobiliaria Sicar, comandada por los hermanos Castro Rial Schuler, el presidente de la cámara coruñesa, Marcelo Castro Rial, incluido.

A pesar de que la empresa optaba a 49,5 megavatios, se quedó sin ninguno. Los empresarios habían comprometido un plan de inversión de más de 40 millones y la creación de 640 empleos. A tenor de los acontecimientos, ¿qué sería a estas alturas del proyecto, aunque hubiese sido aprobado?

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