Así son los planes económicos de Xulio Ferreiro

Además de auditar cuentas, concesiones y bajar salarios en la corporación, la Marea plantea en A Coruña la revisión del PXOM en el Ofimático y la fachada portuaria, aumentar el IBI a viviendas vacías de la Sareb y no renovar la concesión el NH Atlántico

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Todo menos vagos o inconcretos. Lo planes económicos recogidos en el programa electoral de la Marea Atlántica, en A Coruña, tienen ejes en común con otras formaciones alternativas, pero inciden en cambios sustanciales que, de ejecutarse finalmente, supondrán un vuelco en la relación del concello con el entorno empresarial más próximo hasta ahora, la ordenación urbanística, los propios presupuestos municipales o las políticas de igualdad. Aunque durante la campaña fueron medidos los compromisos, y sobre todo su orden de ejecución por parte de Xulio Ferreiro, los planes del alcaldable en A Coruña son contundentes. Llevará a cabo, como ha anunciado, una reducción del 50% en el coste de funcionamiento del gobierno local, con un ahorro anual previsto de un millón de euros. Esto se acompañará de una inmediata reducción de los salarios, que tendrá que llevar a pleno, hasta llegar al límite anual máximo de 40.000 euros brutos anuales. Pero hay mucho más.

La fachada portuaria

Más allá de la conocida implantación de presupuestos participativos, o de una renta municipal básica, planes en los que coinciden varias de las formaciones alternativas que concurrían a estas municipales y también en la Marea, esta formación apuesta por revisar íntegramente los planes urbanísticos de la fachada portuaria, los que inicialmente, en época de bonanza, se planificaron para financiar parte del nuevo puerto exterior de Langosteira.

Advierten, en este sentido, que «se hace preciso, sí, abrir la ciudad al mar, pero para recuperar espacios para uso y disfrute de la ciudadanía, y no para construir edificios de uso y volumen como los previstos». Las actuaciones pasan por la modificación de la ordenación urbanística prevista en el PXOM y la revisión de los convenios del 2004, «en lo relativo tanto a la ordenación urbanística de los terrenos como también las condiciones del plan de financiación del puerto exterior». «Tanto el convenio como el plan de financiación precisan de revisión por incumplimiento», concluyen. La Marea apunta a Autoridad Portuaria, Puertos del Estado, Ministerio de Fomento y Xunta.

Tocar hueso

También está sobre la mesa la modificación del plan de urbanismo en lo que hace referencia al Parque Ofimático (terrenos promovidos por el constructor Antonio Fontenla), reordenando el ámbito y el sistema de accesos, y el Parque de la Torre de Hércules, «con el objetivo de impedir nuevos volúmenes de edificación». La propuesta del Museo del Automóvil, realizada por el hijo del empresario coruñés Ángel Jove (Anjoca), será tumbada, «evitando la ubicación propuesta, debiendo consensuarse otra alternativa de localización».

La Sareb, el conocido como banco malo y que tiene encomendados en gestión los activos tóxicos de las cajas, también está en el punto de mira. De hecho, la Marea plantea un recargo del 50% en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para todas las viviendas propiedad de la Sareb que estén vacías. Por supuesto, se cancelarán cuentas corrientes municipales en bancos que desahucien.

De Smart City al casino

Hay más. La concesión municipal del NH Atlántico, que vence este año, no será renovada, según el programa de la Marea. En su lugar se creará una residencia de estudiantes vinculada a la Universidade da Coruña. La concesión afecta tanto al hotel como al Casino del Atlántico, propiedad del empresario del juego José Collazo.

«La Smart City fue hasta ahora, y sobre todo, un gran negocio millonario para las operadoras de telefonía, los gestores de plataformas, e incluso para la industria de la vigilancia». Así describe la Marea uno de los proyectos estrella de Carlos Negreira. «La Smart», dicen, «gestionada por Emalcsa, lleva adjudicados contratos por diez millones de euros, sin que la ciudadanía coruñesa percibiese el beneficio social de tan elevada inversión pública». Por ello, plantean una auditoría en profundidad. Grandes empresas coruñesas y ubicadas en el municipio, como Altia, la operadora R e Indra, gestionan contratos del proyecto de Negreira.

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