Adiós al mito y alerta: el Ibex se hunde en agosto con récord de contratación

La bolsa española desmonta la teoría de la caída de la liquidez en agosto y augura tiempos aún más difíciles: el Ibex cae un 12,5% este mes con el mayor nivel de actividad de 2011

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El viejo axioma bursátil dice que hay que desconfiar de las subidas sin volumen de negocio. Son sinónimo de fragilidad porque las compras son muy pocas. Pero peor aún es una gran caída con mucho volumen. Quiere decir que son muchos los que venden y que el descenso se ha generado con una enorme liquidez. Esto último es lo que está sucediendo en las grandes bolsas mundiales en el primer tercio del mes de agosto.

Son muchas las voces que, empezando por la vicepresidenta Salgado, han intentado quitar hierro al desplome de los activos españoles con el argumento de que en agosto hay muy poca liquidez, lo que hace que las pérdidas sean mayores de lo habitual. Sin embargo, el mes de vacaciones por excelencia está empeñado en desmontar uno de los grandes mitos bursátiles.

En las siete primeras sesiones del mes en las que el Ibex se ha desplomado un 12,5% se han negociado 33.400 millones de euros en la bolsa española. La cifra no sólo es un 70% superior a la del mismo plazo mes del año pasado. Con estos números en la mano, el volumen de contratación de agosto se dispararía por encima de los 100.000 millones, una cifra no alcanzada por la bolsa española en ninguno de los seis primeros meses del año.

Sólo julio consiguió superar este listón con 104.599 millones. El segundo mes de vacaciones en las preferencias de los españoles fue como está siendo agosto durísimo para los mercados, con platos tan fuertes como el rescate de Grecia, la presentación de los stress test de las entidades financieras europeas y el temor a una suspensión de pagos en Estados Unidos como elementos desestabilizadores.

Liquidez por encima de todo

Por lo tanto, el verano se ha convertido en el período de mayor actividad en la bolsa española. Lo que a priori puede parecer una buena noticia no lo es tanto. “Muchos grandes inversores institucionales han suspendido sus vacaciones para reestructurar su carteras de valores. Están vendiendo, y mucho, por el temor a la recesión y porque quieren tener mucha más liquidez por lo que pueda pasar”, aseguran en un gran family office español.

Lo más llamativo es que el volumen de contratación no ha parado de crecer a media que avanza el mes. En las cuatro últimas sesiones se ha situado por encima de los 4.000 millones de euros, con un gran pico el pasado lunes, cuando cambiaron de manos acciones por valor de 6.113 millones, una cifra impensable para una sesión del mes de agosto. Las cifras ganan aún más relevancia si se tiene en cuanta de dónde venimos. En los siete primeros meses del año la bolsa española ha acumulado volumen efectivo de 589.489 millones de euros, un 5,8% inferior al registrado en igual período de 2010.

No hay excusas

Por lo tanto, no hay excusas. La caída de la bolsa española hasta niveles de 2009 se está generando con la participación de los grandes inversores, con las máquinas vendedoras trabajando a destajo y con un nivel de liquidez del que la bolsa no había gozado durante todo el ejercicio.

A muchos kilómetros de distancia está ocurriendo más de lo mismo. La bolsa estadounidense sufrió el lunes su mayor caída en un solo día desde el trágico ejercicio de 2008 que escenificó la muerte de Lehman Brothers. Y lo hizo con el cuarto mayor volumen de contratación en la historia del mayor mercado de valores del mundo. La obsesión de los inversores es rebajar de forma significativa su exposición a la bolsa para llevarse el dinero a activos más seguros, como los bonos alemanes o estadounidenses o los depósitos bancarios.

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