Una familia emigrante demanda a NCG 1,5 millones por las preferentes

Es la reclamación individual más alta en Galicia provocada por estos productos financieros

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Una familia gallega emigrante en Suiza ha presentado la mayor demanda individual por participaciones preferentes registrada en Galicia. Según ha transmitido el bufete Caamaño, Concheiro y Seoane, reclaman a Novagalicia Banco 1,5 millones de euros. Los demantantes son una señora de 60 años de edad y sus dos hijos, que percibieron la inversión en estos productos financieros a través de una herencia.

“Nos encontramos ante otro caso habitual dentro de las demandas presentadas por preferentes: personas sin ningún tipo de experiencia previa en inversiones, ni formación específica, titulares de depósitos, con una relación de confianza con los empleados de NCG Banco quienes no informan del riesgo y características de los productos en los que se invertía”, ha valorado el despacho en un comunicado.

Gestor de confianza

En la demanda interpuesta se radiografía la relación de la familia con la entidad y con su asesor de confianza. Comienza en 1991, cuando la demandante aún vivía en Suiza y depositaba sus ahorros en una sucursal de Pontevedra de Caixa Galicia. Ahí comenzó la relación con el gestor de la entidad, que se prolongó hasta los últimos años. La demandante incluso cambió de sucursal para continuar su relación con el asesor, que fue trasladado a Ferrol en 2001, según indica el bufete en la demanda.

En 2004, la familia, ya retornada a Galicia, recibe una importante herencia del padre de Suiza. Transmite instrucciones al asesor de Caixa Galicia para que gestione el dinero con la única condición de invertir en productos de mínimo riesgo, como cuentas a plazo fijo. Con el paso de los años, encuentran su dinero atrapado en participaciones preferentes. La suma alcanza 1.518.004 euros.

La firma, después de la ejecución

Los abogados hacen mucho hincapié en la confianza depositada en el gestor de la entidad. Principalmente, porque la demandante carecía de conocimientos para entender estos productos o evaluar posibles inversiones, mientras que sus hijos eran menores.

De hecho, explican en un comunicado, la familia apenas pasaba por la sucursal y era el propio gestor el que llevaba los documentos a su domicilio para que los firmaran.

“ En la mayoría de los casos las órdenes se firmaban en una fecha posterior a la ejecución de las mismas, al residir la demandante en Pontevedra y estar la sucursal en Ferrol. El gestor informaba que se iba a suscribir un producto y guiados por las sugerencias que el mismo realizaba, la demandante e hijos firmaban a posteriori las órdenes sin ver documento alguno antes de la contratación e incluso antes de la ejecución y ello por la confianza ciega que tenían en él y, en especial, al sentirse incapaces de gestionar por si solos el abultado patrimonio recibido en herencia”, expone el bufete.

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