Una exempleada con Hotmail, guardiana de los clientes del Popular en Venezuela

La retirada por sorpresa de las licencias reduce la presencia del banco español a un pequeño despacho, que atiende a miles de clientes desde la clandestinidad hasta que se propague la banca 'on line'

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Desde junio pasado, cuando el gobierno de Nicolás Maduro revocó los permisos a Banco Popular para operar en Venezuela, el grupo de Ángel Ron tuvo que montar una peculiar estructura. Una exempleada de la sucursal atiende a los miles de clientes que la entidad española mantiene en el país.

La repentina decisión administrativa en Caracas impidió al Popular comunicar el fin de las actividades. Los clientes que acuden a la oficina de la capital venezolana se encuentran con la sorpresa de que el local está clausurado. Sólo es visible la orden del gobierno en gaceta oficial: “el banco, instalado en Caracas desde 1977, no tiene autorización para continuar sus operaciones en Venezuela”.

Cierre repentino

Algunos clientes han publicado anuncios en los foros de Internet. “Vivimos en Venezuela y no nos hemos podido comunicar ni con Banco Pastor ni con el Popular. Hasta las oficinas en Caracas desaparecieron sin dejar una nueva dirección. ¿Será que nos tocará viajar hasta España para sacar nuestros ahorros?”, escribió Carolina Sandoval en el foro Tribuna Contact Center.

Pero quienes llaman a España obtienen ayuda. “Cerramos la sucursal en Venezuela porque el Gobierno nos exigía demasiado dinero. Hay una persona en Caracas que puede tramitar las transferencias y corroborar la documentación, pero no lo hemos publicado en Internet porque legalmente no podemos operar en Venezuela”, explica un trabajador de una sucursal en Galicia.

Tras el golpe de Maduro a los intereses del banco, una ex empleada de la oficina del Pastor (absorbido por el Popular) en Caracas atiende a los clientes. Conocida por buena parte de ellos, C.C. gestiona las peticiones de los ahorradores que no cuentan con el servicio por Internet, por lo general jubilados gallegos residentes en Venezuela.

La cuenta de Hotmail

Para contactar con C.C., que también se encarga de algunas operaciones de la oficina de Miami, los trabajadores del Popular en España facilitan un correo electrónico de Hotmail. La comercial no dispone de cuenta corporativa que la pueda delatar. “No estamos autorizados a dar su teléfono móvil”, explican desde las oficinas españolas.  

La delegación precaria en Caracas también dispone de un buzón de correo privado. Los clientes pueden enviar documentación a España sin pasar por las oficinas de Correos de Venezuela. Son las facilidades que el banco ha creado para atenderles.

Internet, la solución

El Popular envió una comunicación interna a todos los empleados para que intentaran que los clientes residentes en Venezuela migren al sistema de banca por Internet y desmantelar, de forma progresiva, la actividad clandestina forzosa.

Banco Popular ha negado que mantenga operaciones en Venezuela y no quiso emitir opinión sobre los testimonios recogidos por este diario.

La situación de la entidad en Venezuela no estaba prevista por la cúpula directiva. A finales del año pasado, anunciaba la ampliación de sus operaciones comerciales y oficinas y América Latina e incluía a Caracas en los planes de expansión.

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