Sindicatos de Novagalicia piden la subasta de la entidad

Creen que el plan de reestructuración busca adelgazar el banco antes de venderlo a un precio inferior al actual

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Los sindicatos con representación en Novagalicia Banco se oponen al plan de reestructuración de la entidad, que prevé 2.508 despidos hasta 2017 y el cierre de 327 oficinas al finalizar 2015. El principal problema para las centrales es que desconfían de las cifras que maneja dirección, no se las creen, y, en consecuencia, tampoco confían en la viabilidad del proyecto en el futuro.

La reunión de carácter técnico que mantuvieron este martes las organizaciones sindicales con los responsables de planificación y recursos humanos no sirvió para acercar posturas. Al contrario, Comisiones Obreras ha afirmado horas después del encuentro que pedirá a los directivos que soliciten al FROB –el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, propietario del 100% de la entidad– una subasta inmediata de Novagalicia Banco.

Falta de alternativas

La opinión no es compartida por todos los sindicatos al cien por cien. En la CIG matizan la postura de CC.OO., y reclaman sentarse con el FROB para valorar planes alternativos al que tienen actualmente sobre la mesa. “El plan de reestructuración actual no nos vale, queremos estudiar otros planes con otros costes laborales. Queremos reunirnos con el FROB para ver otras posibilidades”, expone Clodomiro Montero, portavoz de la CIG. “Hay sindicatos que hablan de subasta porque actualmente tenemos un volumen de trabajo y de negocio que puede ser apetecible para un posible comprador, pero que se perderá tras la reestructuración de la entidad”, afirma.

Pero la postura de la CIG pasa más por la necesidad de un plan alternativo que por una subasta inmediata. Por su parte, Comisiones Obreras ha manifestado su intención de realizar una petición unánime firmada por las centrales sindicales para instar a José María Castellano a que “hable con el FROB para que nos ponga a subasta”.

El portavoz del sindicato, Luis Mariño, ha argumentado que serviría, al menos, para tener unos “interlocutores diferentes” en la negociación. Según el relato de Mariño, Castellano ya «había planteado» a los representantes de los trabajadores que «si consideraban» esta opción, se lo hicieran saber. «Ahora creemos que estamos en disposición de pedirlo, porque no nos creemos los datos, no creemos en la viabilidad del proyecto de cara al futuro», ha aseverado el sindicalista

¿Una subasta ahora?

La opción de la subasta surge del convencimiento de los sindicatos de que el actual proceso de reestructuración del banco gallego desembocará en una venta, pero con un adelgazamiento previo, lo que permitirá reducir el precio y facilitar, en consecuencia, su adquisición a los posibles compradores. “No hay ninguna red bancaria que tenga un negocio superior sobre el conjunto de oficinas que tiene Novagalicia Banco, por eso no entendemos que nos planteen cerrar allí donde somos eficientes”, expone Clodomiro Montero.

En este escenario, Luis Mariño ha argumentado que la plantilla prefiere tener «al menos unos interlocutores diferentes» para negociar la reestructuración que continuar el proceso con los actuales gestores, al rechazar la reducción en un 60% ahora propuesta, «para con toda probabilidad ser vendida» después. «Eso es una barbaridad», opinó.

Un documento confidencial

Las reclamaciones de los sindicatos llegaron de una reunión en A Coruña que aclaró pocas dudas. Los representantes sindicales recibieron un texto en inglés, que pudieron estudiar durante algo más de una hora y que posteriormente les fue retirado.

El documento contenía, según especificaron los técnicos de Novagalicia, información confidencial sobre el proceso de reestructuración de la entidad, por lo que no pudieron cederles copia alguna. Sí que se pusieron a disposición de los trabajadores para contestar las dudas que pudieran tener sobre dicho documento.

El proceso no gustó a los sindicatos, que revelaron que la documentación aportada no decía nada nuevo y se limitaba a justificar los despidos y cierres de oficinas previstos. «Básicamente se traduce en lo que ya se apuntó el otro día: 2.508 despidos y cierre de 327 oficinas. Poco más sacamos en claro», apuntó Mariño.

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