Santander, BBVA y Caixabank ‘enfrían’ sus potenciales ofertas sobre la CAM

La CAM no tiene quien la quiera. La desastrosa foto fija de la caja alicantina ha enfriado las pretensiones de los tres grandes bancos españoles, a los que la adquisición pasaría una dura factura en bolsa

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El Banco de España quiere tener cerrada la venta de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) en octubre, como muy tarde. Sin embargo, no será tarea fácil. Las tres grandes entidades financieras españolas, Santander, BBVA y La Caixa, no están dispuestas a sacrificar sus ratios y a sufrir un duro castigo en bolsa con la adquisición de la caja levantina, que ha presentado un balance y una cuenta de resultados sencillamente desastrosos en el primer semestre del año.

Fuentes financieras aseguran que, hoy por hoy, el trío de gigantes de la banca española trabaja en la elaboración de unas ofertas “de trámite”. Es decir, que serán escasamente competitivas a la vista del esfuerzo que incluso entre las torres más altas del sector supondría la adquisición de un grupo que en sólo año y medio se ha comido un 70% de su patrimonio neto, cuya morosidad se ha disparado hasta el 19% y que afronta unos brutales vencimientos de deuda. Sólo este año vencen 5.000 millones.

Aunque las cifras aún pueden cambiar significativamente, adquirir la CAM supondría para los compradores acudir al mercado para financiar la operación. Un riesgo que las grandes entidades no están dispuestas a asumir en pleno ataque bursátil contra el sector financiero. Santander, BBVA y Caixabank acumulan pérdidas entre el 18% y el 25% en bolsa en lo que va de año y, en el caso de las dos últimas, ya han pedido grandes esfuerzos recientemente a sus accionistas para financiar compras o para reforzar sus ratios de capital.

En noviembre del año pasado, BBVA amplió capital por valor de 5.000 millones de euros para pagar su apuesta por el banco turco Guaranti a 6,75 euros por acción. Hoy, la entidad que preside Francisco González vale 5,95 euros, casi un 12% menos. En el caso de Caixabank, colocó el pasado mes de junio 1.500 millones de euros en títulos convertibles a particulares a un precio de conversión de 5,253 euros. Apenas tres meses después, cotiza un 38% por debajo.

Con estos pésimos precedentes, los bancos no quieren exigir más sacrificios a sus accionistas por adquirir una entidad que ha perdido 1.136 millones de euros en el primer semestre y cuyo coeficiente de solvencia es del 4,8% sin contar las aportaciones del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob). La compra de un grupo con esta foto fija caería como un jarro de agua fría sobre sus cotizaciones.

Facilidades

En cualquier caso, el proceso de venta de la CAM sigue en marcha y las entidades continúan analizando el cuaderno de venta de la caja intervenida, antes de que el 26 de septiembre termine el plazo para la presentación de las ofertas. El resultado final dependerá mucho del esfuerzo que esté dispuesto a aceptar el Estado. Es decir, de cuántas pérdidas asuma en el Esquema de Protección de Activos (EPA) y durante cuánto tiempo.

Los precedentes dicen que Cajastur obtuvo un EPA de 2.475 millones en la subasta de Caja Castilla La Mancha, cifra que se redujo a 392 para la BBK en el caso de Cajasur. Pero en el caso de la CAM el comprador tendrá que asumir una parte de las cuantiosas pérdidas del grupo. ¿Cuánto? Las cifras del primer semestre de la CAM dice que el Frob destinaría más de 5.000 millones de euros para sanear la caja, que se añadirían a los 3.000 millones que han sido prestados al grupo para inyectarle liquidez y evitar un fuga masiva de depósitos de clientes.

De esos más de 5.000 millones, 2.800 responden a la compra realizada por el Frob para tomar el control del capital. El resto, al EPA de 2.500 millones que el Estado tendría que poner sobre la mesa para evitar que el deterioro futuro de los activos de la CAM pase factura al balance y a la cuenta de resultados del comprador. El Frob estaría dispuesto a sumir el 80% de las nuevas pérdidas que genere la CAM durante los próximos 10 años hasta un máximo de los 2.500 millones citados.

El interés vasco

En este escenario, los grandes bancos trabajan en sus ofertas desde el máximo escepticismo. Además de los tres grandes, las cajas vascas han mostrado su interés por la operación. Tienen dinero fresco y una enorme ventaja respecto a Santander, BBVA y Caixabank: no tendrían que sufrir el veredicto de los mercados.

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