Rajoy ya granjea enemigos hasta en ‘la España liberal’

Los economistas más ortodoxos creen que se ha llegado al límite y que se deben acometer reformas 'reales' y bajar impuestos

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¿Recortes? Los economistas encuadrados en la España liberal, los que quieren aplicar las recetas más clásicas, consideran que la reducción del gasto en los últimos años ha sido mínima. Van más allá y denuncian que «el proyecto socialdemócrata» del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, «ha llegado al límite».

¿Se han vuelto locos al calificarlo así? Piden un plan de reformas «reales» y una bajada de impuestos, con la tarea de «volver a empezar», para cumplir con los requisitos que marca la Comisión Europea (CE), y poder crecer con vigor.

Los dirigentes políticos afrontan la última semana antes de que se convoquen nuevas elecciones, que serían el 26 de junio. Deben pasar varias cosas.

El 30 de abril es la fecha límite para que el Gobierno de Mariano Rajoy, que sigue en funciones, entregue el plan de estabilización ante Bruselas. El ministro de Economia, Luis de Guindos, acaba de reformular todas las previsiones, con un crecimiento para este año del 2,7% y no el 3% como había previsto. Y del 2,4% para 2017, y no del 2,9% inicial.

El salvavidas del BCE

La CE permitirá a España un mayor margen de déficit, del 2,8% previsto, al 3,6%, pero sigue sin entender por qué el gobierno español no ha controlado el déficit de 2015, que ha cerrado en el 5%, a pesar de que el crecimiento del PIB ha sido del 3,2%.

Con los datos de Eurostat, la oficina de estadística europea, se ha podido comprobar cómo España es el país que ha reducido menos su déficit, sólo superado por Grecia.

Los expertos consultados, todos ellos encuadrados en las tesis más liberales, tienen claro un primer factor: la importancia del Banco Central Europeo (BCE), que podría parar las especulaciones que apunten a España. «El BCE podrá estabilizar la situación si se complica, pese a la presión que pueda ejercer la Comisión», señala el economista Juan Rallo.

Esa presión podría llegar si España no resuelve su situación política con unas nuevas elecciones, que llegarán tres días después del referéndum del 23 de junio en el Reino Unido sobre su salida o no de la Unión Europea.

«La indefinición puede ser enorme, se puede generar un escenario indescriptible, que perjudique mucho a España», señala Lorenzo Bernaldo de Quirós, un economista bien conectado con el Gobierno del PP, muy crítico, sin embargo, con su política económica.

Todo a medias

La cuestión es que España ha impulsado las reformas «a medias», ha realizado recortes para una gran parte de la población, pero no ha logrado contener de forma clara el déficit. Bernaldo de Quirós le da la vuelta al argumento, cargando duramente contra el ministro Montoro.

«Con Montoro se ha puesto de manifiesto los límites de un proyecto socialdemócrata, porque ya no se puede ir más allá, ni en el aumento del gasto ni en el aumento de los impuestos. De cada 100 euros ingresados se han gastado 113», sentencia.

Bernaldo de Quirós sostiene que «el gasto per cápita es el mismo ahora que en 2007, así que ¿dónde están los recortes? Lo que ha ocurrido es que se ha producido una retórica que no tiene nada que ver con la realidad, y crecer al 3,2%, y presentar un 5% de déficit es sencillamente inaceptable, y se necesitará volver a empezar, con otro ajuste fiscal».

La óptica de los economistas liberales permite comprobar el distanciamiento con el Gobierno del PP, y la complejidad de la situación de España. Daniel Lacalle, experto en los mercados de inversión, ahonda en la tesis de Bernaldo de Quirós, y considera que se trata de «un problema de responsabilidad crediticia».

Los impuestos «se deben bajar»

Es decir, que el Gobierno no ha atajado el gasto, y que «cuando las autonomías se han quejado, no se ha situado el objetivo del déficit al 0%, como si ha hecho con los ayuntamientos».

Para Lacalle el problema no es de la Seguridad Social, que también ha presentado déficit, porque «es conyuntural». Lo que se reprocha al Gobierno del PP es que «no ha profundizado en las reformas, sin una reforma de la administración potente, y con una reforma laboral a medias».

Las recetas son claras para estos ecomomistas. Tanto Lacalle, como Rallo y Bernaldo de Quirós sentencian: «el gasto se debe reducir, de forma estructural, y los impuestos se deben bajar.

La cadena de decisiones de Rajoy y del equipo económico, con Montoro y el ministro de Economía, Luis de Guindos, se resume en la siguiente:

Reclamó de forma unilateral un objetivo de déficit a Bruselas al entrar en el Gobierno, con un retraso en los presupuestos para poder ganar en las elecciones andaluzas de marzo de 2012; gestionó cómo pudo Bankia, —para algunos responsables económicos agravó la crisis de la entidad.-; afrontó un rescate bancario; impulsó una reforma laboral –«a medio camino»– y bajó los impuestos en el último tramo de la legislatura para ganar con cierta comodidad las elecciones.

Pero Rajoy, con todo esto, no ha podido formar gobierno y el déficit no se ha controlado, con la deuda pública justo al 100% del PIB. Lo que señala un camino, de nuevo, doloroso

Política de zanahorias

El catedrático de Economía de la UPF y consejero del Banco de España, Guillem López Casasnovas, apunta lo que puede suceder con una cierta calma.

«La Unión Europea no pasa por su mejor momento para sacar el garrote. Ahora es el momento de las zanahorias para que nada se salga de madre. Pero el problema es que toda la cosecha de zanahorias proviene del mismo lugar, del BCE, y se está agotando. Eso da pie a pensar que no se sabe muy bien si servirá para salir del paso o definitivamente Europa no saldrá adelante».

La receta de López Casasnovas no es exactamente la misma que los otros nombres apuntados. «Para el conjunto de Europa se necesitaría un empuje keynesiano en infraestructuras financiadas de forma selectiva por el BCE y con la tutela y seguimiento del BEI (Banco Europeo de Inversiones). Esta estrategia es buena para el conjunto aunque no tanto para España considerada de forma aislada», señala.

Pero la tónica de los liberales es clara. Rajoy no ha cumplido con las expectativas, con un ministro «socialdemócrata». Para Juan Rallo, «al Gobierno que se pueda formar en junio se le debe pedir que incordie lo menos posible, que, por lo menos, no se retroceda en lo que ya se ha impulsado».

Gobierno de «gran coalición»

Otro economista, Josep Maria Gay de Liébana, señala que se debe facilitar mucho más a las empresas la generación de nuevos puestos de trabajo.

«Debe haber facilidades fiscales, como en otros países, con medidas como no pagar impuestos en los primeros años de vida de una empresa, o bonificaciones fiscales importantes si se contratan trabajadores», afirma. Gay de Liébana sostiene que no ha visto en estos años «un modelo económico de crecimiento, con visión a medio plazo, por lo menos».

¿Soluciones? Nadie entra de lleno en cómo debería ser el próximo gobierno, pero sí piden que se constituya lo antes posible. Gay de Liébana se atreve, sin embargo, a proponer «una gran coalición entre PP y PSOE, y tal vez Ciudadanos, un gobierno fuerte que afronte las reformas».

Quien sea deberá impulsar, de nuevo, «un ajuste fiscal». En 2017, si no hay un plan europeo expansivo, como pide López Casasnovas, y con ese necesario ajuste, España podría entrar en una recesión. Y sería la tercera desde 2008.

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