Quintás culpa al Banco de España y las autonomías de la crisis financiera

El expresidente de la CECA acusa a los gobiernos autonómico y central y al Banco de España de ser "cooperadores necesarios" en la gestación de la crisis

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Siete años después de dejar el cargo de presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), el gallego Juan Ramón Quintás, ha aprovechado su comparecencia este martes en la comisión del Congreso que investiga la crisis financiera, la quiebra de las cajas y el rescate bancario, para cargar contra el Gobierno, las comunidades autónomas y el Banco de España, a los que acusa de ser “cooperadores necesarios” en la gestación y la evolución de la crisis financiera por sus errores de estrategia y sus retrasos en la aplicación de medidas correctoras.

En su intervención, Quintás ha sido especialmente duro con las comunidades autónomas. En este sentido, señala que “el control indirecto por los partidos políticos respecto de los órganos de gobierno de determinadas cajas permitió que se tomaran públicamente acuerdos en instancias ajenas a las cajas respecto de asuntos de gran trascendencia que realmente correspondían a los órganos de gobierno”.

Sin poner nombres, ha criticado el hecho de que alguna comunidad autónoma bloquease fusiones “extrarregionales”, aunque fueran “razonables”, por su “profunda aversión al riesgo de perder su influencia sobre la caja en favor de otra comunidad”.

Quintás cree que la politización de los órganos de gobierno de las antiguas cajas hizo mucho daño al sector

En lo referente al papel del Gobierno, Quintás echó en falta una buena regulación y supervisión que “ hubiera dificultado y limitado drásticamente los daños causados por la mala gestión de los administradores e impedido la devastadora evolución en progresión geométrica que resultó en los procesos acelerados de deterioro de la solvencia”.

En este sentido, considera que “el control parlamentario del Banco de España era débil” y que en España la transparencia de los supervisores financieros presenta opacidades en aspectos relevantes, sin pasar por alto la parte de culpa, aunque “menor” de las empresas auditoras y la banca comercial en la gestación de la crisis.

Un coste aún por cuantificar

El expresidente de la CECA no ha pintado un panorama bonito durante su intervención. De hecho, advirtió de que el coste de la crisis para las arcas públicas “será enorme, superior sin duda a los 60.000 millones de euros·, a lo que se suman las “cuantiosas pérdidas privadas soportadas directamente por los pequeños y grandes inversores”, así como por los clientes y los empleados.

Para el economista gallego, el sistema financiero derivado de la crisis es “peor” que el que había antes, algo que achaca a la concentración bancaria, que ha ido “oligopolizando el sector”, a la “homogeneización institucional” y a la desaparición de las cajas, que considera “un vector social de gran importancia”.

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