¿Qué es la flexibilización cuantitativa?

La flexibilización cuantitativa –en inglés Quantitative Easing (QE– es una medida de economía pública que consiste en generar moneda y ponerla en circulación.

Se utiliza por algunos bancos centrales para aumentar la oferta de dinero, incrementando el exceso de reservas del sistema bancario, y generalmente mediante la compra de bonos de deuda pública para estabilizar o aumentar sus precios y con ellos reducir las tasas de interés a largo plazo. Esta medida se aplica cuando los métodos más habituales de control de la oferta de dinero no han funcionado.

Los objetivos

Los dos principales objetivos que persigue son, por un lado, bajar los tipos de interés y eso se consigue haciendo que la rentabilidad de los bonos baje. A partir del momento en que aumenta la demanda de estos activos su precio sube y, en consecuencia, su rentabilidad baja.

Y, por otro, trata de crear liquidez para facilitar el crédito a los consumidores y a las empresas. Por la compra masiva de bonos estatales y de empresas, estas últimas y en particular los bancos, aumentan sus reservas de liquidez. El otro efecto que se persigue es que los bancos hagan llegar esta liquidez a sus clientes en forma de créditos a tipos reducidos, tanto a particulares como a empresas.

El círculo se cierra con el aumento de la inflación, dado que cuanto más dinero circula y más demanda hay, los precios suben más. En estos momentos, la zona euro está al borde de la deflación con una inflación del -0,2%.

Japón fue pionero

La flexibilización cuantitativa se utilizó por primera vez por el Banco de Japón para combatir la deflación doméstica en la década de 2000. Por su parte, Estados Unidos, Reino Unido y la zona euro se han valido de la QE durante la crisis financiera de 2007 hasta la fecha ya que, como apuntan los expertos, el programa es adecuado para las economías donde la tasa de interés bancaria, la tasa de descuento y/o la tasa de interés interbancaria están cerca de cero.