Protección de Datos niega a una usuaria el acceso a sus movimientos bancarios

La Agencia defiende a BBVA en un conflicto con una clienta que exige tener acceso a todas sus transacciones. La usuaria sospecha que ha sido víctima de un fraude millonario

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La Agencia de Protección de Datos considera que las transacciones bancarias realizadas por un usuario no son datos a los que tiene derecho reclamar el cliente de un banco. La entidad, que debe velar por el correcto uso de la información personal de los consumidores, ha dado la razón a BBVA en un conflicto abierto por la clienta de una agencia en Catalunya que denuncia un complot entre sus familiares y los empleados del banco para apoderarse de una herencia paterna millonaria.

La Agencia de Protección de Datos asegura que los consumidores sólo tienen derecho a acceder a su información personal básica pero no «a datos concretos», según consta en una resolución firmada el 3 de junio pasado por el director de la Agencia de Protección de Datos, José Luis Rodríguez Álvarez.

La decisión de la Agencia podría dejar en desamparo a los clientes que desean que el banco entregue toda la información de los movimientos de sus cuentas, según se desprende del razonamiento de la entidad pública. El organismo, no obstante, comunica a la afectada que puede dirigirse a otros entes, sin especificar a cuáles.

El caso abre un escenario sin precedentes en España: los datos de movimientos bancarios pertenecen a le entidad financiera y no al cliente, de modo cualquier banco podría negarse a facilitar la información de sus ahorristas, según se desprende del razonamiento de la Agencia de Protección de Datos.

Nadie responde por los datos

Cintia Borrell Oliver y su marido Jordi Gil llevan siete años intentando obtener una información básica que cualquier ahorrador obtendría de forma inmediata en su agencia bancaria: sus números de cuenta y sus movimientos. Pero BBVA (antes Caixa Terrassa) se ha negado a facilitar los datos.

El matrimonio catalán está convencido de que han sido estafados por sus familiares en complicidad con los trabajadores de la sucursal bancaria de su localidad. Antes de morir su padre, Borrell había escuchado de su propia familia que existía una herencia y unos seguros de vida. Tras la muerte, otros familiares comunicaron a Borrell que no había dinero y que los seguros (uno de ellos de tres millones de euros) no se pudieron cobrar.

La historia no hubiese trascendido si un día Cintia Borrell no hubiese sobrecargado su tarjeta de crédito. Al no pagar a tiempo, el director de la sucursal le advirtió de que si no pagaba, le embargarían la cuenta «en la que tiene mucho dinero». Borrell creyó que se trataba de un error, porque ella no había abierto otra cuenta en ese banco. Pero luego las dudas invadieron a la clienta de la agencia ¿Será que algún familiar falsificó su firma para abrir una cuenta y cobrar el dinero de la herencia?

El Banco de España también se desentiende

El banco se negó a dar la información de todas sus cuentas. El matrimonio tampoco ha conseguir obtener esa información vía judicial ni a través del Banco de España, que se ha desentendido del conflicto. «No existe norma alguna en virtud de la cual las entidades de crédito deban comunicar a esta institución la relación de personas que mantienen créditos o depósitos en las mismas ni remitir los contratos que celebran con ellos», contestó el letrado asesor jurídico del Banco de España, Elías Parga, a la pareja de afectados en marzo de 2008. 

Ahora la Agencia de Protección de Datos también les niega ese derecho que a simple vista parece básico. Con su resolución, la entidad sienta un precedente al dificultar el acceso de información bancaria al resto de usuarios que pudieran sufrir algún episodio relacionado con estafas bancarias. 

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