Paramés: »El experimento monetario de Draghi no puede seguir»

El gestor de fondos defiende la inversión en empresas ''para ser propietario de activos'' y considera que el único camino para España es ganar competitividad

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A contracorriente. El gallego Francisco García Paramés evita el ‘efecto rebaño’. En sus inversiones, como uno de los gestores de fondos más cotizados en España, y en su análisis sobre la situación económica. Paramés considera que «el experimento monetario del señor Draghi no puede seguir», y que, de hecho, el estado natural es la «deflación», pero «la clase política no puede permitir una situación deflacionaria, y hace todo lo que puede para evitarlo».

Y ahí, claro, entra Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), para provocar esa inflación, «con una rebaja artificial de los tipos de interés», que a Paramés no le gusta nada. «Todo esto, sin embargo, no debe preocupar a un inversor, porque, al margen de todo, si hay buenas ideas, habrá inversiones».

García Paramés defendió la inversión en empresas,  con el objetivo siempre de ser «»propietario de activos», rechazando otras decisiones centras en especulaciones financieras, en un acto este miércoles en el Col·legi d’Economistes, coorganizado por Economía Digital, para presentar su libro Invirtiendo a largo plazo (Deusto). Con la participación del director de Economía Digital, Manel Manchón, del editor de Deusto, Roger Domingo, y de Esteve Sarroca, presidente de la comisión de Economia Financiera del Col.legi d’Economistes, Paramés insistió en que «los países más intervenidos son siempre los menos desarrollados».

Alemania no quiere gastar y no gastará

Asegura que lo ha comprado en su larga experiencia como inversor, e insiste en que en España, aunque no se entienda bien el papel  que ejerce Alemania, «es el modelo que funciona, y es lógico que se niegue a gastar, como se le pide, que gasten otros, pero no lo harán ellos».

Paramés, después de dos años de silencio, obligado por contrato, después de salir de forma brusca de Bestinver, el fondo de inversión de Acciona, ha creado su propia gestora, Cobas Asset Management. Pero, como todavía no está constituida, Paramés suscribió un acuerdo con Inversis, propiedad de Banca March, colaborando a su crecimiento patrimonial. En sus mejores años en Bestinver, Paramés logró rentabilidades del 16%. Cuando lo dejó, en 2014, llegó a cobrar unos 20 millones de euros, gestionando un patrimonio de 9.500 millones de euros.

El mismo día en el que la presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellen, decidía subir los tipos de interés en un 0,25%, «algo que se daba por descontado», Paramés defendía en Barcelona que los inversores se deben centrar en las empresas, dejando de lado el ruido que generan las decisiones macroeconómicas.

Salir o no de Pescanova

Pero, ¿cuándo se puede equivocar un inversor que apuesta por el largo plazo?, le preguntaron varios de los economistas asistentes. Paramés, que se considera un «obrero» de la inversión, porque analiza las empresas de forma exhaustiva, siempre con la idea de que «no se debe comprar acciones de una empresa que no comprarías de forma completa», admitió errores. «De Pescanova no queríamos salir, porque se entendía que era una empresa con un producto sólido, y aunque pudieras analizar los números, pesó esa supuesta solidez», reconoció.

Sin embargo, con otras, «si ofrecen valor, se puede permanecer 15 y 20 años en ellas». Sus principios como inversor son claros: «Cuando gano un bonus, y durante un par de días lo tengo en el banco, me pongo muy nervioso, no lo aguanto, y cuando luego lo invierto en acciones de una empresa que creo sólida, ya me siento tranquilo y puedo dormir a gusto», asegura, tras admitir que sí, que ese dinero lo tenía en Caja Madrid (después integrada en Bankia), y que estaba claro que «realmente hacía bien en dudar de los bancos», provocando las carcajadas de los asistentes.

España, salarios competitivos y a crecer

Sin embargo, a pesar de esa autonomía que pide Paramés para los inversores, los gestores de fondo no pueden ser ajenos a lo que ocurre en el conjunto de la economía de un país. En el caso de España, Paramés lo tiene claro. Admirador de Hayeck, y de la escuela austriaca, este inversor considera que el país «sólo puede salir adelante ganando competitividad, creciendo», sin esperar cambios en las políticas de la Unión Europa, sin pensar en que una política fiscal expansiva, que muchos economistas piden a la zona euro, y la propia Comisión Europea lo propone, le sacara del atolladero.

Y para Paramés eso pasa por salarios competitivos, y por un crecimiento sostenido. «No hay más caminos», asegura, consciente de que ese no es el camino que sigue el rebaño, y que él va a contracorriente de la línea de pensamiento más extendida en España.

¿Oportunidades? «Hay muchas, empresas familiares, pequeñas empresas, en holdings de inversión, donde a veces hay compañías pequeñas muy atractivas, que te garantizan rentabilidades más altas que un índice que ofrece un tranquilo 5%».

Todo, siempre, a contracorriente. Como cuando decidió no invertir en Bankia en la primera salida a bolsa en julio de 2011.

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