Ordoñez atribuye a la inacción de la Xunta la falta de control de las cajas

El ex gobernador del Banco de España dice que el Gobierno gallego tenía capacidad para evitar la fusión y controlar las indemnizaciones millonarias de la directiva

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

En su segunda respuesta por escrito, tres semanas después del primer texto remitido al Parlamento gallego, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, que se negó a comparecer presencialmente en la comisión parlamentaria para investigar la fusión de las cajas,  volvió a señalar al Gobierno de Núñez Feijóo

El ex gobernador del Banco de España atribuyó a la Xunta la última decisión sobre la fusión y la capacidad para controlar las remuneraciones e indemnizaciones de la directiva. Asegura que el regulador tomó “las decisiones correspondientes” dentro de sus competencias respecto a los millonarios contratos de la alta dirección, pero no revela cuáles. Según escribe Ordoñez, la normativa no se lo permite.

Sí que advierte, sin embargo, que la Xunta nunca nombró representantes en los consejos de administración, a pesar de que la norma autonómica se lo permitía. De esta manera, perdió la oportunidad de ejercer el control desde dentro, conocer los salarios y evitar prácticas dudosas.

La última palabra

Los papeles cambiados. El supervisor recuerda al Gobierno gallego su función de control que, según da a entender Ordoñez, obvió. En líneas generales, su discurso se centró en recordar el papel jugado por otros actores en la fracasada fusión de las antiguas cajas gallegas. Sobre el papel del Banco de España, reveló poco más que la ya conocida postura de la entidad frente a la fusión. Volvió a recordar Mafo que para el supervisor la integración planteada no era la mejor opción, pero se aceptó como “un mal menor”.

Había “otras opciones estratégicas más fundadas o con una mayor probabilidad de éxito que la propuesta de integración elaborada por las cajas gallegas», asevera en su respuesta. En su primer escrito, aseguró que Núñez Feijóo paralizó estas opciones “más sólidas”, que, básicamente, pasaban por integrarse con otras entidades del Estado.

Recordó, del mismo modo, que la aprobación del Banco de España a la fusión de las cajas gallegas «es independiente de la necesaria autorización de la fusión que correspondía a la Xunta de Galicia».

Desinversión

Atribuyendo, de entrada, la responsabilidad última al Gobierno gallego, explica que el visto bueno del Banco de España al plan de integración se dio a regañadientes y con matices. Su decisión estaba condicionada, “y así se trasladó a las entidades”, a unos compromisos de desinversión y medidas de racionalización, que juzgó fundamentales.

El Banco de España pensaba que «se podría lograr mayor eficiencia a través de las sinergias, así como incrementos de la rentabilidad, reforzamiento de la solvencia y mayor facilidad de acceso a los mercados», lo que, a su vez, favorecería la financiación a los clientes. Da a entender Mafo, que estas condiciones no se cumplieron en absoluto.

La normativa, la Xunta y la dirección

En todo el escrito, el ex gobernador del Banco de España recurre a múltiples factores para explicar el fracaso de la integración de las cajas gallegas y para sacar del centro del foco la actuación del regulador, dando a entender que hay más partes implicadas. Los otros actores son, básicamente, la Xunta y los directivos de las cajas.

Preguntado sobre los efectos de la crisis en las entidades financieras, Ordoñez responde que el grado de fortaleza inicial (responsabilidad de la Xunta en la fusión) para enfrentar la situación y las medidas de gestión para prevenirla (actuación de los directivos, desinversiones…) «no han sido homogéneos». «Por ello, las entidades con mayor fortaleza y/o mejor gestionadas han sido capaces de pasar por esta dura prueba y las más débiles y/o peor gestionadas no la han superado», sentencia.

«La respuesta, aunque admita matices, es clara: aquellas entidades que han mostrado más fortaleza patrimonial, mejor estructura financiera y mejor desempeño, esto es, aquellas sólidamente gestionadas, han podido acudir a mercados en busca de capital, han merecido la confianza de depositantes y acreedores y han podido absorber los requerimientos derivados de dichos cambios normativos», concluye Ordoñez.

Avatar

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp