Oliu, sobre las fusiones: «Echaré las cartas a ver qué dicen»

"Muerto el perro se acabó la rabia", se congratula el presidente de la entidad de haber acudido a la salida a bolsa de Bankia y de haber vendido rápidamente la participación, evitando el agujero que a alguna entidad puede provocar las sentencias judiciales

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El presidente del Banco Sabadell, José Oliu, que acaba de estar con los inversores presentando unos resultados extraordinarios con unos beneficios de 708 millones de euros, llegaba a la rueda de prensa ante los medios de comunicación con un tono muy distendido. Y se notaba desde la primera pregunta planteada.

Bastó que le pusieran sobre la mesa el tema de las fusiones bancarias para que, de golpe y porrazo, comentara, en tono jocoso, que no tenía «una bola de cristal, pero igual la semana que viene lo hecho a las cartas a ver qué dicen. Sin esperar a lo que digan los naipes, dijo, que coincidía con Isidro Fainé, el presidente de Caixabank. «No contemplo ninguna fusión», decía Oliu.

El Banco de España sabrá

Al respecto, y ya más serio, sobre este tema comentaba no querer opinar nada acerca de las recomendaciones que, al respecto, viene dando el Banco de España. «Dios me libre. Ellos analizan y dicen lo que dicen, y muestras su preocupación por el lento descenso de los créditos morosos en algunas entidades. Si dice lo que dice, sus razones tendrá», explicaba.

Al hilo de la ya recurrente cuestión de la incertidumbre política que se vive en España tras el 20D, Oliu quiso templar el tema para mostrar su confianza en una solución adecuada. «La política no perjudica nada. La duración de la incertidumbre sí podría hacerlo. Cuando se forme gobierno, desaparecerá la incertidumbre. Y, en el peor de los casos, si se vuelven a repetir las elecciones, serán tres meses más de espera», reflexionaba el presidente del Sabadell sobre este asunto.

Confianza en los políticos

Sobre la cuestión política, Oliu apuntaba que «siempre estamos tranquilos y convencidos de que los partidos políticos encontrarán la fórmula en esta nueva situación de pactos que se ha generado tras las elecciones».

Volvía Oliu a tirar de ironía al ser preguntado si el Sabadell, después de lo ocurrido con los problemas judiciales derivados de la salida a Bankia, entraría en una operación similar. «Nosotros entramos y salimos con lo que muerto el perro se acabó la rabia», para desligarse de otras entidades que decidieron mantener la participación en la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri.

No más provisiones por cláusulas suelo

El polémico asunto de las provisiones por las cláusulas suelo también fue planteado a los responsables del Banco Sabadell, y fue su director financiero, Tomás Varela, el que precisaba que «mientras no haya sentencia no tenemos que hacer más provisiones. Las que tenemos son suficientes para cubrir el efecto negativo que pudiera derivarse».

En torno a las provisiones, los responsables de la entidad vallesana eludieron comentar el alcance de las aportadas para cubrir la situación sobrevenida tras la entrada en concurso de acreedores de Abengoa, ni tampoco en el caso de la Sareb. Sí reconocía Oliu haber hecho una «provisión muy importante, más allá de lo que será necesario» en la multinacional sevillana.

Y, sobre la posibilidad de que la situación económica pudiera obligar a la entidad a aplicar más dotaciones, el presidente del Sabadell la descartaba. «No creo que haya repunte de provisiones, incluso se liberarán algunas si las cosas mejoran».

Precio razonable de TSB

Para la entidad, esa mejora futura en la cuenta de resultados pasa, evidentemente por España, pero cada vez más por el negocio exterior, donde las perspectivas en Estados Unidos, México y, sobre todo, el Reino Unido, con la compra de TSB, son buenas.

Sobre esta adquisición, el consejero delegado, Jaime Guardiola, apuntaba que los analistas no siempre aciertan, recordando cómo, en el momento de la compra, señalaban que el precio pagado había resultado excesivo.

«Les causó impacto por ser inesperada. Primero dijeron que era muy raro, luego rectificaron, y apuntaron que fue estupenda y a un precio razonable», argumentaba Guardiola.

La recurrente cuestión de si Solvia, su filial inmobiliaria, acabará vendiéndose, como hicieron las mayoría de las entidades financieras, sirvió a Guardiola para apuntar «que hemos conseguido una franquicia líder del mercado. Ya trabaja para el banco y también para la Sareb», decía el consejero delegado. «La vamos a poner en valor en el futuro. Más no puede decir», concluía.

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