Novagalicia recibe a Juan Carlos Escotet con una morosidad que roza el 20%

Su tasa de mora era casi cinco puntos superior a la media del sector, situada ahora en el 13,6%, sin contar la nueva normativa de refinanciaciones ni los créditos fallidos traspasados al 'banco malo'

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No solo el equipo del venezolano Juan Carlos Escotet está haciendo los deberes para hacer efectivo su desembarco en Novagalicia. Los propios ejecutivos de la entidad repasan estas semanas una de las últimas tareas del anterior equipo, la cuenta de resultados y el balance correspondiente a 2013, que llevarán la firma de José María Castellano como presidente y de César González-Bueno como consejero delegado. Uno de los mayores quebraderos de cabeza está siendo la morosidad a declarar, que roza ya el 20%, según las fuentes consultadas.

La nueva normativa sobre refinanciaciones de créditos impuesta por el Banco de España, aplicada por muchas entidades en el último tramo del año, se viene a unir a los dos o tres puntos de media que elevarían la morosidad los activos traspasados al banco malo, la Sareb, en diciembre de 2012. En el caso de Novagalicia, fueron cerca de 23.000 inmuebles, con un volumen traspasado de 5.100 millones de euros. Ese importe sumaría esos dos o tres puntos, según coinciden en apuntar en el sector, a una morosidad declarada por la entidad en su última comunicación oficial, que no cuentas ordinarias al uso, hasta septiembre: un 16,7% de créditos que NCG considera irrecuperables o de difícil cobro.

La clave de las refinanciaciones

Cuando Novagalicia declara esa mora del 16,7%, la media del sector estaba situada en el 12,12%. El dato es del cierre de agosto. Desde entonces, la escalada ha sido una constante cada mes, hasta cerrar el año con una morosidad de todo el sector financiero del 13,6%. Récord histórico. La obligación del Banco de España de computar como morosos los créditos refinanciados explica el incremento de la mora del sistema financiero al cierre de 2013, según los datos revelados por el Banco de España esta semana. Y, a falta de que NCG presente resultados, contribuye a alimentar la sensación en el sector de que la entidad recién privatizada se ve obligada a aflorar, no ya su «mora oculta», sino la de los créditos que, ante su evidente impago, sistemáticamente se refinanciaron para evitar dotaciones y contener esa mora que ahora debe aflorar.

En el caso de NCG, y fuera del crédito promotor, cuyos activos fueron engullidos en gran parte primero, y traspasados después al banco malo, la política de refinanciaciones no sólo se ha llevado a cabo con clientes ordinarios y empresas, si no también con toda una batería de empresas participadas, lo que arroja todavía más incertidumbre. Lo cierto es que la morosidad de la entidad gallega se ha incrementado un 50% en dos años. Al cierre de 2011, la tasa declarada en el caso de Novagalicia era del 11,04%, frente a una media del sector del 7,5%. Desde entonces, y aunque los datos presentados no siempre son homologables, ha evolucionado hasta cuatro puntos por encima de la media. Bankia, la otra nacionalizada, incrementó su mora el año pasado un 13% sobre el dato del 2012, hasta situarla en el 14,7%.

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