Moody’s hunde al Popular en el bono basura

La agencia de calificación Moody's rebaja dos escalones el rating del Popular por sus débiles niveles de solvencia

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Moody’s asesta otro golpe a Banco Popular. La agencia de calificación crediticia se suma a Standard and Poor’s y rebaja dos escalones el rating de la entidad que preside Emilio Saracho, que pasa del Ba2 a B1, grado de especulación con calidad pobre.

Moody’s entiende que el dueño del Pastor presenta unos débiles niveles de solvencia y que su posición de capital está erosionada desde finales de 2016. Le otorga una perspectiva negativa en su evaluación.

A pesar de reconocer que ha hecho un esfuerzo por aumentar la cobertura de los activos improductivos el año pasado, elevándola hasta el 45%, continúa siendo un nivel inferior al de sus competidores en España, que se sitúa en el 50% de media, por lo que prevé problemas para lograr desprenderse de dichos activos. Esta situación eleva la presión “significativa” sobre la entidad en el objetivo de mejorar su capacidad de absorción de riesgos y acelerar la ejecución de su estrategia.

Moody’s hace un traje al Popular: débil nivel de solvencia, posición de capital erosianada y problemas para desprenderse de los activos tóxicos

Moody’s hace un auténtico contrarrelato a las palabras de Luis de Guindos, que descartó problemas de solvencia o de liquidez en el banco. La agencia de calificación percibe, en cambio, importantes tensiones en el balance financiero. Por ejemplo, en el ratio de activos improductivos que supera “ampliamente” la media del sistema bancario, un 32% a finales de 2016 frente al 30% con el que cerró 2015.

La agencia precisa que cuando el Popular agregue préstamos refinanciados que aún no se han captado en la relación con los activos improductivos, la proporción global aumenta al 36%, lo que deja claro la magnitud de las presiones que existen en el balance.

La perspectiva negativa otorgada por la calificadora a la entidad obedece a la presión que el banco podría sufrir en el caso de que no lograra restablecer sus niveles de solvencia y no consiguiera reducir el stock de activos problemáticos, «planteando problemas sobre su viabilidad futura». Moody’s advierte de que un deterioro significativo en la posición de liquidez del banco también podría ejercer presión a la baja sobre su calificación.

 

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