Los precios del alquiler se disparan en todas las ciudades gallegas

La oferta de pisos toca su mínimo histórico tras reducirse en un 48% en el último año

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Sin prisa pero sin pausa, el precio de la vivienda en alquiler crece a ritmo constante en las ciudades gallegas. A lo largo de 2017, la subida estuvo próxima al 20%. Y en el primer trimestre del año, el coste del arrendamiento sigue al alza. El último informe de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias así lo demuestra. En A Coruña se pagaba, de media, 7,60 euros por metro cuadrado a comienzos de año, y ahora se pagan 8 euros por metro cuadrado. En Vigo, los 8,5 euros del arranque de curso han pasado tres meses después a nueve euros por metro cuadrado. Y así, en todas las urbes, según los datos de Fegein.

A Coruña 8 euros por metro cuadrado (7,60 euros)

Ferrol 4,10 euros por metro cuadrado (4 euros)

Lugo 5,20 euros por metro cuadrado (5 euros)

Ourense 5,50 euros por metro cuadrado (5,20 euros)

Pontevedra 5,90 euros por metro cuadrado (5,80 euros)

Santiago 6,30 euros por metro cuadrado (6 euros)

Vigo 9 euros por metro cuadrado (8,50 euros)

 

¿Qué diablos ocurre? El director del Instituto Galego de Vivenda e Solo, Heriberto García, pasó la semana pasada por la comisión de vivienda del Parlamento, donde aseguró que el precio de los alquileres solo se había incrementado en 15 euros durante los últimos diez años.

La afirmación tiene dos trampas. Por un lado, el efecto montaña rusa producido por la crisis económica, con un descenso pronunciado en los precios y una posterior recuperación. Por otro, al trasladar cifras globales, obvia que Galicia tiene un mercado totalmente desequilibrado. “En la mayoría de ayuntamientos, especialmente en los de menos de 5.000 habitantes, la demanda es testimonial o baja, con lo que no existe ningún agravante para el incremento de precio”, en palabras de Fegein.

Dramático descenso de la oferta

La causa inmediata del encarecimiento es un abrupto descenso de los pisos en el mercado. A cierre del primer trimestre del año pasado estaba bajo mínimos, situándose en 7.000 inmuebles, la cifra más baja desde que hay registros.

Un año después, el número de viviendas en el circuito de comercialización se ha reducido casi a la mitad, situándose en las 3.650, un 48% menos, según los datos de la patronal.

Los motivos

Para entender por qué los alquileres se encarecen hay que remontarse a la crisis económica y a la mutación que generó en el mercado de la vivienda. Los ciudadanos tenían menor poder adquisitivo, menos confianza en la estabilidad laboral y peor acceso a financiación. La demanda de alquiler aumentó como solución más económica y menos lesiva que la hipoteca.

Al mismo tiempo, el florecimiento de los pisos turísticos, enormemente rentables con su alquiler para estancias vacacionales, sacó del circuito tradicional a muchas viviendas. Existen otros factores, como las crecientes exigencias de movilidad laboral o el cambio de mentalidad operado en las nuevas generaciones y por la propia recesión, que impactan en la situación actual, según Fegein. Pero el resumen es sencillo: con más demanda y menos oferta, los precios suben.

Como ya había advertido en su informe de cierre del último ejercicio, la patronal augura tensiones a partir de este verano en ciudades como Vigo o A Coruña, con “un encarecimiento de los precios prácticamente inasumible para los ingresos de las economías familiares en un contexto de datos macroeconómicos positivos pero que no acaban de trasladarse a la economía real de los hogares”, indica el presidente de Fegein, Benito Iglesias.

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