Los fondos acechan a la automoción y la alimentación gallegas

Estos sectores son, junto al de la salud y el deporte, los que más interés despiertan entre los fondos de inversión, según un estudio de BDO

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Galicia es la quinta comunidad española por población y la sexta por Producto Interior Bruto. Sin embargo, sus empresas se quedan rezagadas a la hora de atraer a fondos de inversión al ocupar la décima posición del ranking estatal. Así lo revelan los datos de la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri) difundidos por la auditora BDO este miércoles en el Club Financiero Atlántico de A Coruña.

En ellos se revela que los fondos de inversión desembarcaron en el capital de 85 compañías gallegas en 2017. Es la tercera comunidad que más operaciones de este tipo registró, pero, sin embargo, desciende a la décima posición en importe movilizado. ¿La razón? El escaso volumen movilizado con cada inversión. Apenas unos 510.000 euros de media, lejos de los 6,9 millones de euros que se promedian en el resto de España. La atomización del tejido productivo en torno a pequeñas empresas frena el apetito inversor de los fondos, aunque con las excepciones del motor, la industria alimentaria y el sector de salud y deporte.

Automoción, alimentación y salud

Para realizar el informe, BDO encuestó a los responsables de distintas firmas de private equity, que no tuvieron dudas a la hora de señalar los sectores más atractivos para invertir en Galicia. El primer puesto va a parar a la industria de la alimentación. La riqueza de la materia prima en Galicia provoca que hasta un 83,3% de los consultados declare estar interesado en invertir en alguna empresa de la comunidad relacionada con este sector.

Este porcentaje duplica al registrado en el sector de salud y deporte. Después de que Pai Partners comprase el grupo de residencias gallego Geriatros (ahora en manos de ICG y Sagesse Retraite Santé) y que Portobello hiciese lo propio con la cadena de gimnasios Sidecu, un 41,7% de los consultados muestran su interés por un sector que sale beneficiado con el envejecimiento poblacional. La automoción, por su parte, cierra el podio al ser reconocido como un objetivo para el 33,3% de los inversores. El ecosistema de empresas en torno al grupo PSA alimenta el apetito de estas firmas, aunque las posibilidades de entrada en Galicia se reducen. Y es que en la lista de proveedores con capital gallego solo quedan ahora Marsan, Aludec y Copo (aunque esta última está participada al 50% por la gala Faurecia). 

Las asignaturas pendientes

El estudio de BDO pone de manifiesto las principales asignaturas que deben resolver las empresas gallegas para despertar el interés de los fondos. La principal una falta de tamaño que las aleja del radar de estas firmas. “Una operación podría ser interesante a partir de una facturación superior a 20 millones de euros o un ebitda mayor a dos millones, lo cual escasea en la región”, asegura el informe. Esta situación reduce a solo 477 el número de empresas gallegas que superarían la criba de los fondos de inversión.

Este escaso tamaño de las firmas gallegas impide que muchas de ellas sigan los pasos de la pesquera Iberconsa o la pizarrera Cupa Group, que en los últimos años protagonizaron operaciones de este tipo al ser adquiridas por Portobello Capital y Carlyle Group, respectivamente.

Reticencia a ceder el control

Otro de los factores que juega en contra de la inversión de los fondos en Galicia es lo que desde BDO definen como el “carácter conservador” de los propietarios de la empresa familiar. “Percibe la entrada en el accionariado de un socio capitalista como algo negativo y no como una palanca de crecimiento por miedo a perder el control”, argumentan.

A ello se suma “el carácter aislado (…) de algunas regiones del país por su condición de periféricas”, que provoca que “las ofertas de operaciones con origen en Galicia escaseen en las carteras del capital privado”, recalcan desde BDO.

Vocación exportadora y baja deuda

Estos factores lastran la expansión de los fondos en las firmas de la comunidad que, por el contrario, sí reúnen otros requisitos sobre los que los fondos ponen la lupa. En concreto, el bajo nivel de endeudamiento, que permite que las mejoras en las cifras de ventas se trasladen con más fuerza a los resultados de la compañía. A ello se suma el marcado carácter exportador, que les permite diversificar sus fuentes de ingresos, abrirse a nuevos mercados y agrandar su mercado potencial.

 

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