Los cinco retos urgentes de Botas al frente de Novagalicia

Proyecto de fusión, venta de la división inmobiliaria, más desinversiones, creación de un equipo y la solución a las preferentes, objetivos inmediatos del nuevo consejero delegado

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Todo un reto lo que tiene ante sí Francisco Botas. El flamante consejero delegado de la nueva Etcheverría/Novagalicia es un especialista en tesorería y mercados de capitales, área que aprendió en su etapa en Inditex de la mano de Borja de la Cierva y también del propio José María Castellano.

Cuando Banesco aterrizó en el Etcheverría, el año pasado, Botas ya ocupaba la primera línea ejecutiva. Vinculado profesionalmente desde hace años a la entidad betanceira, y previamente a la propia familia fundadora (es yerno de Javier Etcheverría, el presidente), Botas tiene ahora ante sí un proyecto titánico, que requerirá de prioridades. Estas son algunas de las más inmediatas.

1. Proyecto de fusión

Entre sesenta y noventa días es el plazo anunciado tras la firma de la adjudicación por el presidente, Juan Carlos Escotet. Será una absorción de Novagalicia por el Etcheverría. Queda por firmar ahora el cierre del año para NCG, con su balance, su cuenta de resultados y su informe de auditoría.

De ello se encargará José María Castellano, hasta el viernes presidente, ya que son los estados financieros que se derivan de su gestión. En esas cuentas deben reflejarse las provisiones adicionales que apuntó el FROB tras la firma de la adjudicación, unos 1.000 millones de euros derivados de quebrantos. La previsión inicial es que en marzo esté todo listo. Escotet también deberá armar un nuevo consejo de administración.

2. Conformación de equipo

Con Javier Etcheverría en la presidencia, Escotet y Botas saben que llegan con un equipo justo al desembarco, habida cuenta de las dimensiones de uno y otro grupo. Cuando Banesco lo compró, el Etcheverría sumaba 152 empleados, a los que hay que añadir los integrados con la adquisición posterior de la red de la propia NCG.

La plantilla de NCG ascendía a septiembre a 5.037 trabajadores. Más allá de esta abultada diferencia, Botas tendrá que conformar un equipo de primer y segundo nivel, sobre los que ya tiene una opinión formada a lo largo de los últimos años. Con las salidas de César González-Bueno y Castellano, el primer ejecutivo ahora es Juan Díaz Arnau, director general.

3. Reordenación inmobiliaria y desinversiones

Lo anunció el propio Escotet cuando desembarcó en Galicia esta semana. Las desinversiones se acelerarán. Y serán tanto de la cartera industrial, en lo que se conoce como la corporación empresarial, como de la cartera de fallidos, para la que ya se busca comprador entre fondos extranjeros.

El principal problema de acelerar las desinversiones es que se pueden cerrar operaciones con minusvalías, que durante los dos últimos años los ejecutivos de NCG intentaron evitar. Se da por descontado que la Unidad de Gestión de Activos Singulares (UGAS), el banco malo de NCG tras el traspaso de sus activos más problemáticos a la Sareb, será otra pata a enajenar. Cuando el FROB paralizó la venta, NCG Banco estaba en negociaciones con tres inversores para desprenderse de UGAS y analizaba incluso vender las partes que la integran (inmobiliaria, recuperación y oficinas) por separado.

4. Preferentes

Aunque han anunciado una solución en noventa días para los afectados por las preferentes que todavía no han concretado, Escotet y Botas juegan con una ventaja. El propio FROB estableció en la subasta para todos los concurrentes una suerte de blindaje, que permitirá que la solución no genere quebrantos para la entidad.

La de los preferentistas que no acudieron a la quita y que optaron por canjear sus inversiones por acciones es otra historia. Actualmente, el 9% del capital de Novagalicia está en manos de tenedores de preferentes, que se reparten entre mayoristas (7%) y minoristas (2%). La suma de estas participaciones les concede con holgura un puesto en el consejo de la nueva entidad.

5. Negociación con Bruselas

Es una tarea que compartirá Botas con su presidente, la de intentar renegociar al máximo la legacy unit impuesta por Bruselas. Al menos, en cuanto a parámetros que pueden poner en riesgo algunos de los compromisos a los que ha llegado Banesco, como el del mantenimiento del empleo y la estructura actual de NCG.

En marcha ya un nuevo ERE, que proseguirá, el achatarramiento impuesto por Bruselas, que debe seguir tras la venta de EVO y de la red de oficinas del Etcheverría, implica una vuelta a los orígenes también territorial y de negocio. Estos planteamientos encajan como un guante entre los objetivos del nuevo equipo, ya que en Galicia es donde NCG es rentable.

Avatar

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp