Las claves para pedir un crédito rápido y no desfallecer en el intento

La imagen idílica que se han encargado de vender las entidades que ofrecen estos créditos se aleja bastante de la realidad. A continuación una serie de consejos clave

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Las entidades financieras que conceden créditos rápidos se han encargado de crear una imagen de facilidad de trámites que no siempre se ajusta del todo a la realidad. Si bien es cierto que, por lo general, la solicitud y concesión de estos préstamos tiene lugar de una forma muy rápida, también conviene estar preparado con la documentación necesaria, así como con las ideas muy claras acerca de lo que realmente necesitamos.

De esa forma, las probabilidades de obtener el préstamo en las mejores condiciones y cuanto antes se incrementan exponencialmente. De ahí la importancia de una guía como la planteada a continuación con las mejores recomendaciones para solicitar créditos rápidos.

Reservar los créditos rápidos como última opción

Nunca hay que olvidar el hecho de que los créditos rápidos no deben ser empleados a la ligera como si de cualquier otro tipo de préstamo se trataran. Se trata de un producto cuyos costes son extraordinariamente elevados. Esto es así, en parte, por el hecho de que se conceden con una gran flexibilidad y sin haber llevado a cabo un profundo estudio de la viabilidad del préstamo, ni de la solvencia de beneficiario del mismo. En consecuencia, las entidades optan por cargar unos enormes intereses a sus clientes para compensar los riesgos de morosidad que asumen. Pese a que la jurisprudencia nacional ya ha expresado que ese aspecto no es motivo suficiente para justificar los intereses que se cobran actualmente, lo cierto es que estas entidades no han cambiado su estrategia comercial en absoluto y nada parece que lo vayan a hacer en el corto plazo.

Aprovechar los minicréditos gratuitos

Algunas entidades ofrecen préstamos rápidos gratis para nuevos clientes. Se trata de promociones para captar usuarios que conviene aprovechar si finalmente se decide solicitar dinero urgente, ya que se trata de préstamos sin intereses ni comisiones. Si se piden por ejemplo 300 euros, cuando llegue el día del vencimiento sólo habrá que devolver 300, ni un euro más.

Por supuesto, sólo se aplica la oferta al primer préstamo que solicites, si quieres volver a contratar la misma entidad para conseguir más dinero se deberán abonar las tarifas correspondientes.

Nunca olvidarse de que es un préstamo  

Puede parecer una tontería pero, con independencia de que este tipo de recurso financiero haya sido denominado crédito, lo cierto es que se encuentra en la categoría de préstamo. Esto quiere decir que la entidad  entrega una cantidad fija que habrá que devolver en el plazo pactado y haciendo frente a las cuotas correspondientes. En el caso de que se necesite más dinero, habrá que solicitar un nuevo préstamo. El hecho de haber devuelto parte del importe recibido no permitirá conseguirlo de nuevo de forma automática como, de hecho, sucedería en una línea de crédito convencional.

Comparar todas las opciones  

Evita a toda costa quedarte con la primera opción que acepte concederte el crédito y mucho menos con la primera alternativa que encuentres. Con independencia de la urgencia que tengas, invierte una buena cantidad de tiempo en comprobar diversas opciones. Es posible que descubras grandes diferencias entre el interés a pagar por el préstamo que solicitas.

Comparar el importe total a devolver

Una de las estrategias más viejas del mundo de la banca radica en ofrecer cómodas cuotas que resultan fáciles de pagar. De esa manera, afrontar la devolución de un crédito se vuelve un camino relativamente sencillo. La cuestión es que, si sumamos todas las cuotas pagadas, es muy probable que nos sorprendamos con el precio final pagado por aquello que compramos o por el dinero que recibimos originalmente.

Las entidades financieras de los créditos rápidos han llevado ese truco al extremo dado que, no sólo se aseguran de que las cuotas parezcan muy fáciles de pagar, sino que los plazos son habitualmente mucho más reducidos.

Pedir únicamente el dinero necesario

Tenemos la mala costumbre adquirida de solicitar préstamos redondeando las cantidades que estimamos vamos a necesitar por aquello del «por si acaso». Lo cierto es que el «por si acaso» en el mundo de la banca puede no preocuparnos demasiado, pese a que no sea la forma más eficaz de solicitar un préstamo. Sin embargo, tratándose de un préstamo rápido, adoptar esa actitud es un error grave que nos puede salir muy caro. Esto es, fundamentalmente debido al hecho de que los intereses que se pagan por un préstamo rápido son muy elevados.

Preparar toda la documentación requerida

Si bien casi todas las entidades de créditos rápidos son increíblemente flexibles en sus procesos de concesión de créditos, lo cierto es que existen una serie de documentos en común que conviene que tengas a mano en el momento de la solicitud. De esa forma, podrás acelerar muchísimo todo el proceso de tramitación y concesión. Los documentos más habituales suelen ser un documento de identidad, el número de cuenta corriente abierta en una oficina bancaria en España, un número de teléfono móvil o email, y un justificante de nómina o ingreso semejante.

Ten en cuenta que la forma más habitual de presentar estos documentos es a través del envío de un email con las imágenes escaneadas o fotografiadas digitalmente. La comprobación de la cuenta suele tener lugar mediante el uso de plataformas online como Trustly. En cualquier caso, también hay entidades que piensan en los clientes más analógicos, para los cuales brindan un servicio de mensajería.

Para los morosos  

No pierdas tu valioso tiempo llevando a cabo una continua sucesión de solicitudes que, con total seguridad serán rechazadas si apareces en un listado de morosos. Ten en cuenta que estas plataformas llevan a cabo una comprobación de estos registros, de forma que si figuras en ellos, tu solicitud será rechazada automáticamente.

En su lugar, lo más eficaz es acudir única y exclusivamente a aquellas entidades que, explícitamente aceptan a este tipo de clientes. Por otra parte, debes tener en cuenta que, por lo general, se establecen ciertas limitaciones, incluso en estos casos. Las condiciones más habituales son el hecho de la deuda registrada no supere los 1.000 euros y que, con independencia de la cantidad, dicha deuda no haya sido contraída con otra entidad de crédito o financiera.

Si tienes en cuenta estas recomendaciones para solicitar préstamos rápidos, es muy probable que aceleres la obtención de uno de estos créditos y te ahorres muchos dolores de cabeza y negativas innecesarias.

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