Las amistades peligrosas de José Luis Méndez y Enrique Bañuelos

La imputación del exdirector de Caixa Galicia por financiar terrenos sin valor en Almería se queda corta frente el agujero de Astroc, denunciado por el FROB

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Siempre Valencia. José Luis Méndez, el que fuera durante treinta años director general de Caixa Galicia, ha tenido el mercado levantino entre ceja y ceja. Incluso años después de dejar  la malograda caja, Méndez mantiene diversos negocios privados por aquellas tierras, que pilotan sus hijos. Es el caso de Yaxoe Inversiones, con domicilio en Madrid, pero que reparte sus participadas entre Canarias y Valencia, como Yxe Agroval SLU. Sin embargo, es un socio valenciano quien puede propiciar los peores dolores de cabeza al financiero gallego, con 72 años ya cumplidos y que muestra desde hace años un aparente deterioro físico. Ese socio no es otro que Enrique Bañuelos Castro, de madre gallega.

La reciente imputación de José Luis Méndez en la Audiencia Nacional por la financiación de unos terrenos en Almería que resultaron no urbanizables, y que sirvieron como aval para lograr préstamos de la caja con sucesivas tasaciones de la propia entidad, se queda corta frente a otro de los asuntos que tiene encima de la mesa el financiero gallego. En total, la operación de Almería supera ligeramente los 20 millones de euros. Frente a ese fiasco, denunciado por el FROB ante la Fiscalía y ahora en fase de instrucción, hay otro de mucho mayor calado. Se trata de Astroc.

La aventura de Bañuelos

Irregularidades en torno a la compañía de Enrique Bañuelos, de la que Caixa Galicia llegó a tener algo más de un 5%, figuran entre la docena larga de operaciones denunciadas por el FROB. El agujero, según fuentes del propi organismo, asciende a unos 300 millones de euros. La de Astroc es una de las operaciones irregulares de mayor envergadura de las cajas nacionalizadas. Las maniobras detectadas englobarían una docena de créditos, inversiones y refinanciaciones cerradas con Astroc en los años previos a la fusión de las cajas gallegas.

La caja de José Luis Méndez controló, desde su salida a Bolsa, un 5% de Astroc. Enrique Bañuelos Castro, el efímero hombre orquesta que un día se creyó entre los elegidos, llegó a celebrar consejos de administración en A Coruña. Básicamente, la suya fue una demostración práctica de cómo levantar una empresa, salir a cotizar mediante una OPV y comprar otras compañías sin contar con el dinero necesario. Lo que se denomina, en el argot empresarial, las financiaciones apalancadas, tan en auge en los años previos a la crisis.

Bañuelos astroc

Enrique Bañuelos en una junta de accionistas de Astroc

Las compras apalancadas

La operativa empleada por Bañuelos y otros accionistas era sencilla: al no contar con el dinero para realizar una operación, el inversor se acerca a un banco, solicita un crédito y pone como garantías unos títulos que, en ocasiones, son los mismos que va a adquirir. De esta forma en caso de impago, la entidad financiera se queda con los activos que se han dejado en garantía, la prenda.

El problema llega cuando el precio de la acción cae por debajo del que tenía cuando se concedió el crédito. En ese momento, salta la alarma en los departamentos de riesgos de los bancos ante la posibilidad de que el cliente deje de pagar y le pide que aporte nuevas garantías si no quiere que le ejecuten el valor dado en prenda. Es decir, que se lo quede el banco y lo venda antes de que caiga más. Enrique Bañuelos siempre contó con Caixa Galicia, no solo como accionista, sino también como financiador. Y fueron precisamente esas refinanciaciones lo que puso en su día en alerta al FROB.

Sostener el valor

En 2007, un año después de saltar al parqué, Astroc tenía una capitalización bursátil de casi 8.700 millones y se había revalorizado más de un mil por ciento desde mayo de 2006. Caixa Galicia, con Méndez a los mandos, realizó varias operaciones en aquellos años, con sucesivas compras y ventas de paquetes que sorprendieron en el mercado. Y siempre fueron realizadas por brokers encargados de sostener la cotización de la compañía. Ese es uno de los ejes de la investigación de un entramado que va mucho más allá.

Bañuelos, según determinadas fuentes, supo agradecer los favores de Méndez e incorporó, ya lejos de Astroc, a uno de los hijos del financiero a sus nuevas aventuras tras abandonar la firma.  El promotor valenciano fichó Yago Méndez Pascual como consejero delegado de Amper, compañía de la que también saldrían ambos de forma abrupta. Yago le acompañaría, además, en una efímera aventura brasileña. Son las amistades peligrosas de Méndez y Bañuelos.

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