La deuda en tarjetas revolving retrocede a niveles de 2016

El saldo ligado a las tarjetas de pago aplazado marca mínimos en cuatro años, ante el parón del consumo y tras el toque de atención del Tribunal Supremo

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Las consecuencias de la pandemia del coronavirus van dejando huellas en las cifras económicas, en la actividad de la banca y también en el apetito de los españoles por el consumo. Aunque según el sector financiero la desescalada se está impulsando el uso del dinero de plástico, los datos hasta abril -que son los últimos publicados por el Banco de España- revelan una fuerte caída de los saldos pendientes de pago en tarjetas, entre ellas las polémicas revolving (con pago aplazado).

En concreto, a 30 de abril, el dinero que los españoles debían por esta vía había caído hasta los 10.494 millones, su mínimo desde octubre de 2016; y 3.126 millones menos que en su récord desde que se recoge la estadística: los 13.620 millones a los que se situó en diciembre de 2019.

La caída de abril, más allá de reflejar que los españoles están consumiendo menos y tratando de desendeudarse, también podría mostrar un menor apetito del sector bancario por vender estas tarjetas después de que el Tribunal Supremo, considerara usurarios el cobro de intereses por encima del 20% en una sentencia contra Wizink.

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Su decisión, publicada a principios de marzo, fue un espaldarazo para que los bufetes y las asociaciones especializadas en productos financieros, alentaran a los consumidores que estuvieran devolviendo intereses superiores al 20%, a que se animaran a reclamar. Muchos casos, además, ya están judicializados.

Con el parón impuesto por el estado de alarma y el cierre económico al sistema judicial, los procesos abiertos se quedaron frenados, pero la recuperación de la normalidad los está reviviendo.

En el arranque de este mes, ASUFIN, adelantaba que el Juzgado de lo Mercantil número 4 de Valencia había admitido a trámite la primera acción por cesación colectiva contra tarjetas revolving. Concretamente, en este caso contra algunas de las emitidas por Caixabank, pero la asociación quiere intentar ir más allá.

«A esta demanda, bajo la dirección letrada del abogado colaborador de ASUFIN, Óscar Serrano, seguirán otras, ya presentadas y a la espera de admisión, contra las principales comercializadoras de estas tarjetas: Carrefour, Bankinter Consumer y Wizink», apuntaba en un comunicado.

El coste en intereses, a la baja tras el Tribunal Supremo

Si bien el complejo momento económico complica descubrir si es la caída del consumo o el toque de atención del Supremo el que ha retraído el uso de las tarjetas, dónde se si aprecian diferencias es en los intereses que están cobrando, que se han reducido por debajo del nivel del 20%, que la sentencia puesto como un nuevo límite a no superar.

En concreto, en abril, los intereses aplicados en las tarjetas de crédito cayeron hasta el 18,69%, frente al 19,81% de febrero -el mes previo a que se conociera la sentencia-.

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