Inditex, Citröen y Navantia lideran la robotización industrial en Galicia

Un estudio publicado por el Foro Económico los sitúa a la cabeza en sus respectivos sectores y alerta de la incertidumbre que genera sobre el empleo

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La automoción o el naval, sectores de contratación intensiva, claves en la generación de empleo en Galicia, son también los que llevan la delantera en la introducción de la robótica en los procesos de producción. Un análisis sobre el mercado laboral firmado por el doctor en ciencias económicas Alberto Vaquero García, miembro del grupo de investigación GEN en la Universidade de Vigo, y publicado por el Foro Económico de Galicia destaca a Inditex, Navantia y PSA-Citröen como líderes en sus respectivos sectores en robotización.

Este fenómeno, la incorporación de nueva tecnología que suple el trabajo que antes realizaban empleados, se centra en Galicia en “empresas de gran tamaño”, entre las que está, además de las ya mencionadas, Abanca, “que cuenta con el primer robot que puede interactuar con clientes y ayudar en las labores comerciales a los trabajadores”, señala el artículo.

El texto se centra en cómo esta situación genera una tensión que provoca mutaciones en el mercado laboral, pues “es evidente que muchas de las tareas que antes realizaban las personas, ahora las pueden prestar las máquinas, que no se ponen enfermas y que carecen de derechos sociales y vacaciones”.

 

Qué profesiones están más expuestas

Aunque la implantación actual y a corto plazo de la robótica está condicionada tanto por la capacidad inversora de las empresas como por el sector profesional en el que opera, el riesgo de una pérdida progresiva de puestos de trabajo ha hecho proliferar los estudios sobre el tema.

Caixabank midió en un informe el riesgo de automatización para un conjunto de profesiones a nivel internacional, por medio de la identificación de aquellos grupos de tareas que los robots podrán realizar en las dos próximas décadas. Según dicho estudio, la baja probabilidad de que un médico o un compositor de música sean reemplazados por tecnología, contrasta con la elevada probabilidad de que un robot cubra las funciones de un operador de telemarketing o de un contable-administrativo.

Las profesiones que se fundamentan en la creatividad o la interacción son las más dificilmente reemplazables, en contraste con otras más mecánicas

Las profesiones que “se basan en la creatividad y la interacción humanas las que más difícilmente son reemplazables. Para el caso español, el citado informe estima que alrededor del 29% de los empleos tiene un perfil bajo (probabilidad inferior al 33%) de ser automatizados, el 28% tiene una probabilidad media (33-66%) y el 43% restante una probabilidad de automatización alta (superior al 66%)”, concreta el autor.

El análisis publicado por el Foro Económico de Galicia también cita un informe elaborado por CC.OO. donde se estima que “el proceso de digitalización de la economía podría eliminar entre el 40-50% de los puestos de trabajo de los próximos 20 años de los trabajadores con niveles educativos de escuela primaria o secundaria, reduciéndose esa probabilidad a medida que aumenta el nivel formativo”.

Pero la introducción de maquinaria en la producción industrial y en los grandes grupos generadores de empleo, nunca es un proceso plano. “Hay que considerar el efecto complementariedad, puesto que además de la sustitución de trabajadores la incorporación de los robots permitiría una mejora de la productividad, con el consiguiente efecto de creación de nuevos empleos en esa empresa u otros sectores”, matiza el investigador del grupo GEN.

CC.OO. destaca que el riesgo de reemplazo disminuye a medida que aumenta el nivel formativo

Existen al menos tres aspectos que invitan al optimismo. Por un lado, que el aumento de la productividad debería llevar aparejado un incremento en los salarios del trabajador. Por otra parte, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), ha indicado que la robotización en la industria de la automoción entre 2015 y 2016 se ha producido manteniendo la tasa de empleo, que se sitúa en cifras similares a los años previos a la crisis económica.

Por último, señala el estudio, “habría que indicar un tercer efecto, relacionado con el desplazamiento de la función de producción, de forma que, gracias a la robotización, con los mismos recursos se podrían producir más bienes y servicios, lo que implicaría un aumento del PIB y la riqueza, con el consiguiente aumento del bienestar”.

 

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