Guggenheim desafía a la gran banca en su apuesta por NCG

Los aspirantes a la privatización detectan que los clientes han perdido la confianza en la caja de ahorros, factor que dificultará la comercialización de nuevos productos

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El FROB mantiene estos días reuniones con los principales interesados en NCG para discernir si activa de forma definitiva el proceso de privatización de la entidad gallega. A pesar de las pullas lanzadas la semana pasada por la gran banca a los fondos extranjeros, Guggemheim ha sustanciado su interés por la franquicia gallega.

El grupo de inversores que apadrina José María Castellano estaría dispuesto a dar un paso al frente. Así se lo ha trasladado al organismo del Banco de España, que dirige Fernando Restoy, en la ronda de sondeos abierta esta semana. Habría ofrecido garantías de permanecer en el capital cinco años, la vida media de una inversión canalizada a través de estas entidades.

Guggenheim, sin embargo, se ha mostrado más flexible al solicitar ayudas públicas a través de un esquema de protección de activos (EPA). Se trata de una de las condiciones que, junto a los créditos fiscales (DTA), reclaman tanto Santander como BBVA y Caixabank.

Los tres principales bancos españoles tienen dudas con respecto a NCG y así se lo han hecho saber al FROB. Esas inquietudes son las que justificarían las ayudas públicas que reclaman y que, por ahora, Restoy rechaza.

Las dudas de la banca

Las principales dudas llegan por la vía de la cartera de créditos a empresas, una vez saneado el riesgo promotor con el traspaso de activos inmobiliarios a la Sareb. Otro factor es el elevado índice de morosidad, por encima de la media (12%), según las estimaciones derivadas del cuaderno de venta. El riesgo en el segmento de las pymes es elevado.

La financiación adicional mantenida por NCG con algunas de sus participadas, herencia de las antiguas cajas, es otro de los factores que inquieta a la gran banca.

Las preferentes saltan a escena

Pero a todos estos hay que sumar otro elemento que esgrimen con fuerza los bancos interesados. Una de las dudas principales tiene que ver con la calidad comercial de los clientes de NCG.

A primera vista, la cartera de depósitos de casi 30.000 millones de euros que Novagalicia capta en el mercado gallego es muy atrayente. Sin embargo, la crisis de las preferentes vivida en Galicia (con más de 40.000 afectados) ha mermado considerablemente la confianza que genera entre sus clientes. Para la gran banca ese es un factor clave, “difícil de cuantificar”. El desgaste de la imagen de la nacionalizada podría afectar seriamente al futuro comprador a la hora de intentar que sus clientes contraten nuevos servicios. Los depósitos solos ya no son rentables.

Créditos fiscales

Y en medio de todas estas inquietudes, hay otro punto a tener en cuenta. La subasta de NCG estará condicionada por la decisión que el ministerio de Economía tome con respecto a la norma de los créditos fiscales. Según publica El País, si se aceptan tal y como ahora se están negociando, Novagalicia aportaría 3.500 millones de capital fiscal al banco comprador. Una opción de la que, de nuevo, tampoco podría aprovecharse Guggemheim al no ser una entidad financiera.

Los deseos de la gran banca pasan por que la norma de los créditos fiscales se apruebe antes de la subasta de la nacionalizada gallega. De momento, la ronda de sondeos se ha ampliado hasta el 8 de noviembre.

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